Angelo Nero
Han tenido que pasar cuarenta años –cuatro décadas de guerra, de olvido, de campos de refugiados, de referéndums suspendidos, de negociaciones fallidas, de muros en el desierto, de ciudades colonizadas- para que la RASD (República Árabe Saharaui Democrática) estrenara su primer largometraje, dirigido por un saharaui, Brahim Chagaf, y dos gallegos, Gonzalo Moure e Inés Aparicio, y lo han hecho con una poética “road movie”, que nos susurra directamente al corazón, en un lenguaje que, como los sentimientos más sinceros, cuesta entender en un principio, pues nos encontramos con una película que, como el último trabajo de Oliver Laxe –al que une cierta espiritualidad- hay que ver con la piel.
Artículo completo en fuente original: Las voces del desierto | Nueva Revolución