El director de El Faradio, Oscar Allende, a punto de embarcar en Marruecos para regresar a Cantabria, habla en el programa ‘A mediodía, alegría’ de Arco FM sobre su estancia en el país vecino, la imposibilidad de entrar en terrenos del Sáhara Occidental y su inminente regreso
Un viaje que debería durar una semana se ha quedado en cuatro días. Oscar Allende, director de El Faradio, viajó el pasado sábado a Marruecos con Leonor Suárez, periodista asturiana, y Raúl Conde, activista de Cantabria por el Sáhara (miembra de la Coordinadora Cántabra de ONGDs). Su intención era poder estar algunos días en el territorio del Sáhara Occidental, hablar con algunos de sus habitantes, pero no ha podido ser. Las autoridades marroquíes lo han impedido cuando intentaban entrar en El Aaiún, la ciudad principal de ese territorio aún no descolonizado oficialmente. Pero también señala que no les han hecho nada físicamente hablando, han conservado su integridad física y se encuentran bien.
El director de El Faradio ha tenido la oportunidad de contar la experiencia en el programa ‘A mediodía, alegría’, de Arco FM, poco antes de que concluya. La entrevista se ha desarrollado en una parada de camino al aeropuerto de Agadir, desde donde esta pequeña comitiva cogerá esta tarde un avión a Madrid.
Allende refiere que la idea era poder entrar en el Sáhara Occidental para poder contar lo que allí sucede de una manera más personal, y preguntar allí cómo toman conciencia de su situación desde que son niños, cómo se lo explicación, cómo se imaginan que es vivir en un país libre, que es lo que llevan buscando desde que España los colonizó y, tras la salida militar española en 1975, Marruecos los ocupó sin que ningún tratado internacional refrende que puede hacer eso legalmente. «Algo del contenido sacaremos, porque hemos hecho cosas y tenemos nuestra visión y nuestra mirada, y vamos a intentar dar contenidos a distancia aunque sea, pero queríamos estar allí y verlo en persona». EL FARADIO ha seguido este tema de cerca durante su trayectoria, gracias a testimonios de asociaciones ligadas a ese territorio, como Alouda Cantabria y Cantabria por el Sáhara, o al trabajo periodístico de Equipe Media, la agencia de noticias saharaui que trata de hacer saber lo que pasa en sus casas y municipios fuera del Sáhara Occidental y Marruecos.
Sin embargo, llegar allí no ha sido posible. Allende cuenta que, estando en Tarfaya, territorio marroquí, pero muy cercano a El Aaiún, «ya había un coche siguiéndonos, y, por ejemplo, cuando intentamos alojarnos en Tarfaya, que es un pueblo pequeño al lado de la playa, pero no es un pueblo turístico y demás, pues en ninguno de los alojamientos que había nos pudimos alojar. Allí comprobamos que un coche que llevábamos mucho tiempo viendo estaba ahí, pero es que llegó al punto de que de repente estábamos hablando con alguien para que nos indicara dónde había más alojamientos y alguien le llegaba con un teléfono y justo nos decía que no había ninguno. Era ese nivel y lo consiguieron con todos los alojamientos y veíamos, efectivamente, que había un coche todo el rato siguiéndonos y demás en ese momento». Esto fue lo que sucedió el lunes.
El martes «decidimos tirar para El Aaiún porque era nuestro plan», pero «ahí hay una única vía de entrada, que es un paso, y allá había una decena de agentes uniformados, el ejército, seguridad, etcétera, que lo que nos transmiten es que no estamos autorizados a entrar, no nos dan más explicaciones y que tenemos que volver al aeropuerto, a Agadir, y entonces pues emprendemos el camino de regreso y, si antes habíamos estado escoltados con un coche que nos seguía, el resto del camino ha habido momentos de hasta cinco coches escoltándonos. Según nos íbamos alejando, iba bajando la presión, pero vamos, todavía en este instante hay un coche y una moto que nos siguen, vamos, entiendo que hasta que no pisemos al aeropuerto no se quedan tranquilos de que nos vayamos».
El director de El Faradio ha dicho que estos seguimientos no sólo se han producido mientras circulaban en coche, sino también cuando salían a cenar o volvían a su hotel. Es decir, algo propio de las películas o algo propio de lo que sucede en un sistema dictatorial. «Lo que para nosotros es violento e incómodo, para muchísima gente aquí es su vida, es lo normal, lo habitual». Para el pueblo saharaui esto es así de manera permanente. Necesitan buscarse la vida simplemente para tener una reunión, y se han contado en numerosas ocasiones casos de violencia sin motivos aparentes o hasta irrumpir en bodas para agredir o detener a alguno de los presentes.
Allende lo vincula también a cuando eso mismo sucedía en España, cuando se organizaban actividades de manera clandestina, cuando se detenía a personas por su manera de pensar, cuando no se convocaban elecciones porque ni siquiera había partidos políticos legalizados para confrontar con el Gobierno existente… Sin embargo, siempre ha habido argumentos dispuestos a blanquear lo que es una dictadura. También la marroquí. En España es muy poco habitual utilizar ese término para referirse a este país del Magreb. «Los medios están controlados, no se puede acceder, la gente que tiene algún tipo de causa de lucha pues tiene muchos problemas», algo parecido a lo que sucedía en España cuando era la potencia ocupante del Sáhara Occidental.
(…)
SEGUIR LEYENDO en: «Lo que para nosotros es violento e incómodo, para muchísima gente aquí es su vida, es lo normal, lo habitual» – El Faradio | Periodismo que cuenta