Por Abdelkader S. – El régimen maliense acaba de publicar un comunicado en el que afirma que los tres países de la Alianza de Estados del Sahel (AEE) han decidido retirar a sus embajadores acreditados en Argel. La decisión, según se precisa, se produce tras la destrucción de un dron de reconocimiento armado por la defensa antiaérea argelina. La declaración fue firmada únicamente por el presidente maliense, comprometiendo así a los otros dos países a este casus belli característico .

En su comunicado, el régimen maliense confirmó que el dron derribado por la ANP se encontraba en territorio argelino, pero precisó que fue destruido sin haber cruzado la frontera. Malí, gobernado por un militar desde el golpe de Estado condenado por Argelia, en lugar de disculparse por lo que podría haber justificado como un error del piloto, empeora las cosas al afirmar que el avión estaba en una misión contra «grupos terroristas».

La absurda reacción del régimen maliense plantea al menos una pregunta: ¿el ejército argelino, al inutilizar el dron de fabricación turca por violar el espacio aéreo nacional, salvó a la población civil tuareg de una masacre planeada por las milicias de Goïta y Wagner? La cuestión se plantea con tal agudeza que no es la primera vez que el poder central en Bamako intenta avances infructuosos en el norte de Mali, cerca de la frontera argelina, contra los rebeldes tuareg de Azawad, cuyo uso de las armas, hay que subrayarlo, no es apoyado por Argel.

Argelia, que teme por su seguridad a causa de los grupos islamistas armados que plagan la región del Sahel, financiados y mantenidos por los servicios secretos marroquíes, franceses e israelíes, no tolera ningún paso en falso de los países vecinos y se niega a permitir que el conflicto entre el MNLA y el poder militar maliense se importe a Argelia, sabiendo que una ciudad, Tin Zaouatine, está compartida por una tenue frontera, estrechamente vigilada por las fuerzas armadas argelinas. La intercesión diplomática y de seguridad de Argelia había evitado por primera vez un derramamiento de sangre en la región, y la rápida acción de la fuerza aérea argelina parece haber evitado un genocidio que habría arrastrado a toda la región a una guerra interminable, como desean algunos partidos extranjeros.

Al momento de escribir este artículo, Argelia aún no ha respondido al comunicado firmado por el golpista maliense, Assimi Goïta, que compromete a los tres países del AES, sin que se sepa si Níger y Burkina Faso se adhieren a este enfoque o si estos dos países se han visto ante un hecho consumado, al haber sido sometidos a algunas presiones. De hecho, cuando vemos la velocidad con la que las herramientas de propaganda francesas y marroquíes han difundido la información, se permite dudar.

Pero la respuesta no tardará en llegar.