Por Alfonso Lafarga
Madrid (ECS). – La primera gira del Enviado Especial del secretario general de la ONU para el Sáhara Occidental, Staffan de Mistura, no incluyó visitar los territorios del Sáhara Occidental ocupados por Marruecos, donde la población saharaui padece la represión de las fuerzas de seguridad, de paramilitares y del ejército marroquí, como la activista de Derechos Humanos Sultana Jaya, que lleva desde noviembre de 2020 obligada por la policía a permanecer en su casa confinada con su familia, sin orden judicial, sufriendo asaltos nocturnos, agresiones y violaciones.
Tras la visita de Staffan de Mistura a los campamentos de refugiados, Jatri Adduh, jefe de la delegación negociadora saharaui y responsable de la Organización Política del Frente Polisario, organización reconocida por la ONU como legítimo representante del pueblo saharaui, declaró que seguirán reclamando su derecho “a la independencia absoluta del Sáhara Occidental» y lucharán hasta liberar su territorio. Culpó a la ONU de la situación de estancamiento en que se encuentran y pidió el cumplimiento de las resoluciones de NNUU para liberar al Sáhara Occidental de la ocupación marroquí.
La visita del enviado especial de la ONU se produce en medio de la guerra que enfrenta al Frente Polisario y a Marruecos desde noviembre de 2020 por la ruptura marroquí en Guerguerat del alto el fuego que mantenían desde septiembre de 1991, cuando, bajo los auspicios de la ONU, acordaron realizar un referéndum de autodeterminación del pueblo saharaui, a lo que después se negó el Gobierno marroquí.
La postura del Gobierno de Pedro Sánchez sobre el conflicto del Sáhara Occidental sigue siendo apoyar una «solución política, justa y mutualmente aceptable» para las partes en el marco de Naciones Unidas, como recordó el ministro Albares en la rueda de prensa de 11 enero con su homólogo pakistaní, a pesar de la operación fallida de Naser Burita de que España siguiese el camino de Donald Trump de reconocimiento por EE.UU del Sáhara Occidental como marroquí, lo que llevó a Marruecos a llamar a consultas a su embajadora en Madrid, Karima Benyaich, el 18 de mayo pasado.
Desde entonces la embajadora sigue en Marruecos, por lo que no asistió a la tradicional recepción al cuerpo diplomático acreditado en España celebrada el 17 de enero en el Palacio Real de Madrid, en la que el rey Felipe VI se refirió por primera vez a la crisis entre Marruecos y España y dijo que ambos gobiernos «han acordado redefinir conjuntamente una relación para el siglo XXI, sobre pilares más fuertes y sólidos», que ambas naciones deben “caminar juntas para empezar a materializar ya esta nueva relación» y que hay que “encontrar soluciones a los problemas que preocupan a nuestros pueblos».