Marruecos: el rugido de una generación que no tiene miedo

Marruecos: el rugido de una generación que no tiene miedo

Artículo que se COMENTA: Los jóvenes de Marruecos llaman a escalar las protestas tras el discurso de Mohamed VI – EL INDEPENDIENTE

Plataforma “No te olvides del Sáhara Occidental”

Las calles de Marruecos siguen en pie. Tres semanas después del estallido de las protestas juveniles, la Generación Z marroquí ha respondido al discurso de Mohamed VI con una llamada a intensificar la movilización. Según el artículo publicado por Francisco Carrión en El Independiente (“Los jóvenes de Marruecos llaman a escalar las protestas tras el discurso de Mohamed VI”, 11/10/2025), el movimiento GenZ 212, nacido en la plataforma Discord, ha convocado un boicot masivo contra los productos de los “corruptos” y contra la Copa Africana de Naciones, que el régimen pretende convertir en vitrina de propaganda. “No daremos marcha atrás hasta que se cumplan nuestras demandas de unidad”, escriben los jóvenes en un manifiesto que ya circula por miles de teléfonos móviles. Frente al silencio del rey, el país hierve: hospitales en ruinas, un 47 % de paro juvenil y una élite que acumula fortunas mientras millones sobreviven sin servicios públicos.

El discurso real, cuidadosamente medido, evita mencionar la palabra protestas y se limita a pedir “más diligencia y eficacia” al Gobierno de Aziz Akhannouch, empresario multimillonario y uno de los símbolos de la corrupción endémica del sistema. Mohamed VI defendió que no hay “incoherencia entre invertir en estadios y promover la justicia social”, una frase que ha desatado una nueva oleada de indignación. En los foros del movimiento, los jóvenes repiten el lema que recorre las calles de Rabat y Agadir: “Queremos hospitales, no estadios”. El mensaje no es solo económico, sino profundamente político: una generación que ya no teme al majzén, ese entramado de poder real, empresarial y militar que gobierna el país desde las sombras.

El documento fundacional de GenZ 212, titulado “Reivindicaciones de la juventud marroquí: para la activación del pacto constitucional”, recoge once páginas de exigencias que van desde la reforma del sistema sanitario y la modernización educativa, hasta la creación de empleo digno y la lucha contra la corrupción estructural. Los jóvenes invocan los valores del islam, la monarquía y la unidad nacional, pero al mismo tiempo exigen que el Estado cumpla con la Constitución de 2011, que el propio régimen utiliza como escaparate democrático mientras la realidad sigue marcada por la censura, la represión y la desigualdad. Su capacidad de organización, horizontal y digital, ha sorprendido incluso a los analistas internacionales: el Washington Institute describe este fenómeno como “la primera gran rebelión de la Generación Z en el Magreb”.

El símbolo elegido por los manifestantes —la bandera pirata del anime japonés One Piece, donde un joven desafía a los poderosos— expresa con claridad la naturaleza de esta revuelta: una generación global, conectada y cansada del miedo. Desde los barrios populares hasta las universidades, los jóvenes marroquíes construyen un lenguaje propio de resistencia. No hablan de derrocar al rey, sino de reconstruir el país; pero su desafío tiene implicaciones históricas. Como advirtió el periodista exiliado Ali Lmrabet, el majzén no tolera los gestos de autonomía: “Para ellos, nacisteis esclavos y esclavos moriréis”. Sin embargo, el grito de GenZ 212 —amplificado por TikTok y Telegram— demuestra que algo ha cambiado en el corazón del reino: la gente ha perdido el miedo a nombrar la injusticia.

Desde la Plataforma “No te olvides del Sáhara Occidental”, observamos esta revuelta con un sentimiento doble: solidaridad y lucidez. La juventud marroquí que hoy desafía la represión es víctima del mismo sistema que oprime desde hace medio siglo al pueblo saharaui. Los mismos gendarmes que golpean estudiantes en Agadir reprimen manifestantes en El Aaiún. La lucha por hospitales, educación y libertad en Marruecos está unida a la lucha por la autodeterminación y la justicia en el Sáhara Occidental. Ningún Mundial ni discurso real podrán ocultar esa verdad. Porque cuando las nuevas generaciones pierden el miedo, los muros —también los del desierto— empiezan a resquebrajarse.


Descubre más desde

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.