El pasado sábado 31 de mayo la policía marroquí, bajo coacción e intimidación, denegó el acceso al país a un grupo de 12 personas, francesas y españolas, que habían participado en la Marcha por la Libertad de los Presos Políticos Saharauis
La Marcha por la Libertad de los Presos Políticos Saharauis empezó en marzo en Ivry, en Francia, con destino a la prisión de Kenitra, en Marruecos, donde se encuentran varios saharauis de los 38 presos políticos que ha encarcelado Marruecos sin juicio, pruebas o garantías judiciales. En esta prisión permanece desde hace 9 años Naâma Asfari, condenado a 30 años de prisión por la Corte de Apelación de Salé (Rabat). El activismo de Nasam le ha llevado a ser arrestado siempre que ha viajado a visitar a su familia, que se trasladó a El Aaiun, capital del Sáhara Occidental. En 2009, pasó 4 meses en prisión por llevar un llavero con la bandera saharaui. En 2010, fue arrestado y estuvo en la cárcel durante 27 meses. Tras estar encarcelado durante todo ese tiempo en la cárcel de Salé 2, el Tribunal Militar de Marruecos le condenó a 30 años de cárcel. En 2016 lo volvieron a arrestar y lleva preso desde entonces.
Ha sido su esposa, la francesa Claude Mangin-Asfari, la que ha encabezado esta Marcha por la Libertad de los Presos Saharauis. En los 9 años que su marido lleva preso en régimen de incomunicación sólo lo ha podido ver una vez, tras realizar ella misma una huelga de hambre en 2018 durante 30 días. Desde entonces no le han dejado volver a visitarle y ha sido expulsada de territorio marroquí constantemente, incumpliendo con el derecho a visita familiar, un derecho humano.
La idea de esta delegación después de la protesta que hicimos en Algeciras por los presos políticos saharauis era, precisamente, acompañar a Claude hacia la prisión de Kenitra para que pudiera ver a su marido. La delegación la conformábamos ciudadanos franceses y españoles que de manera pacífica, nos embarcamos en el ferry desde Tarifa hasta Tánger. Enseguida nos dimos cuenta que teníamos policía marroquí siguiéndonos desde Algeciras: nos hacían fotos, nos grababan cada dos por tres, nos seguían e iban merodeando a nuestro alrededor, tanto en el puerto como en el ferry. Al llegar a control de pasaporte en el mismo ferry, una vez inició su marcha a Tánger, nos negaron el sello sin ningún tipo de explicación. Hubo momentos de tensión entre un policía marroquí y una compañera francesa, a la que le quitó el teléfono de manera violenta sin mediar palabra, hiriéndola en la mano. Finalmente, tras un forcejeo entre los miembros de la delegación y la llegada de varios policías marroquíes a intervenir, se le devolvió su teléfono, no sin antes obligar a la compañera a borrar vídeos y fotos que nos había hecho a la propia delegación.
Cuando atracó el ferry teníamos a unos 10 policías marroquíes impidiéndonos el paso y sin ninguna explicación, no nos dejaron bajar. Una trabajadora del propio ferry nos informó que el puerto de Tánger estaba lleno de policías, con furgonetas y un amplio despliegue. Pedimos explicación a la policía marroquí o que nos dieran un documento negándonos la entrada al país, pero no nos proporcionaron ningún tipo de información. Finalmente, el ferry volvió a Tarifa y la delegación no pudimos hacer más que volver en él.
En 2016, la ONU condenó a Marruecos por torturar a Asfari, y en octubre de 2023, volvió a demandar su libertad, así como la de los demás prisioneros políticos saharauis. El Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre la Detención Arbitraria declaró ilegal el encarcelamiento de los activistas saharauis como Asfari, en donde ya en su informe, la ONU exhortó a las autoridades de Marruecos a liberar a estos prisioneros de inmediato. No sólo Marruecos no cumple las demandas de la ONU, sino que continúa secuestrando a saharauis residentes en los territorios ocupados y los lleva a prisiones de Marruecos, otra clara violación en el trato cruel que ejerce Marruecos.
Para la parte mayoritaria del gobierno de España, el PSOE de Pedro Sánchez, Marruecos es un aliado estratégico, incluso aunque incumpla derechos humanos básicos. El giro del PSOE, negando el derecho a la libre autodeterminación del pueblo saharaui, es una traición al Sáhara Occidental sabiendo que es España la que es potencia administradora para facilitar el derecho al referéndum por la libre autodeterminación del pueblo saharaui. Esta traición no es solo un acto de omisión; es una abdicación activa de su deber.
El derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui no es una mera reivindicación política; es un imperativo moral y jurídico incumplido, una herida abierta en la conciencia internacional. Frente a la opresión sistemática ejercida por Marruecos se alza una resistencia inquebrantable, arraigada en décadas de dignidad y lucha. El futuro del Sáhara Occidental solo puede ser legítimo si es decidido libremente por su pueblo. Mientras esa voz sea silenciada, la ocupación marroquí será ilegal, la complicidad española será una mancha y la lucha saharaui será una guía de resistencia.
La libertad del Sáhara es una deuda histórica que, tarde o temprano, la justicia y la dignidad humana reclamarán. Y ese día, ningún muro, ningún pacto de silencio, ningún interés vil podrá detenerlo.
(*) Diputada regional de IU en Extremadura y coordinadora de IU Extremadura
Origen: Marruecos no quiere testigos