La Oficina saharaui de coordinación de las actividades relativas a las minas (SMACO) ha señalado ayer que entre 7 y 10 millones de minas, municiones de racimo, y de restos de explosivos continúan en el Sahara occidental, transformándolo en una de las regiones más peligrosas para el ser humano, los animales y el medio ambiente.
El Frente Polisario está limpiando las minas terrestres sembradas hasta el acuerdo de paz de 1991, mientras Marruecos se niega a firmar las Convenciones de Otawa y de Oslo para la prohibición de las minas antipersonas y bombas de racimo.
La falta de financiación hace que este territorio se esté desminando de forma integralmente manual, aumentando el tiempo destinado para ese trabajo y el riesgo de accidentes a las personas nómadas que pastorean con sus ganados en la zona.
A pesar de todo, Marruecos siguió defendiendo ayer en su intervención en Oslo la no participación en la Convención de Otawa, olvidándose de los 10 millones de minas que plantaron en torno al muro de 2720 km construido en el Sáhara Occidental.
Fuente: MARTA SERRANO