Estas son las claves del informe del CNI que desgrana la estrategia de Rabat y que explican muchas de las actuaciones llevadas a cabo desde Moncloa.
Este artículo sobre las relaciones entre España y Marruecos se publicó originalmente en #LaMarea93. Puedes conseguir la revista aquí.
¿Por qué cambió el Gobierno la postura de España sobre el Sáhara? El 19 de mayo de 2021, el presidente Pedro Sánchez y varios ministros ‘de Estado’ desayunaron con un informe secreto del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). El documento, adelantado por algunos medios y al que ha tenido acceso La Marea, desgrana la estrategia de Marruecos para desestabilizar al Gobierno de España y obtener cesiones. Los servicios de inteligencia explican con todo lujo de detalles cómo un régimen autoritario identifica y ataca tres puntos débiles de la democracia española. El plan marroquí fue todo un éxito. Desde entonces, el Ejecutivo español teme, recula, cede y oculta sus pasos, todos orientados a contentar a Rabat. El restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Madrid y Rabat no es el fin de una crisis, sino el inicio de una capitulación. Dictadura 1, democracia 0.
Hay que rebobinar hasta finales de 2020 para entender el contexto. Canarias registraba cifras récord de llegadas por vía irregular, la mayoría procedentes del Sáhara bajo ocupación militar marroquí. Las imágenes de migrantes hacinados a la intemperie en el muelle de Arguineguín dieron la vuelta al mundo. Desde Washington, apenas unos días antes de dejar la Casa Blanca, el presidente Trump publicaba en Twitter su decisión de reconocer la soberanía marroquí sobre la antigua provincia española. Aquel tweet pasó desapercibido en Estados Unidos pero desencadenó un tsunami a este lado del Atlántico y puso las bases para la mayor crisis diplomática entre España y Marruecos desde el conflicto de la isla de Perejil en tiempos de Aznar.
La magnitud del problema se hizo patente el 17 de mayo de 2021, con la entrada irregular de más de 12.000 personas en Ceuta ante la pasividad de las autoridades marroquíes. Al menos dos personas murieron aquel día.
No era la primera vez que Marruecos usaba a las personas migrantes como herramienta de presión contra España y la Unión Europea, pero fue en ese episodio cuando por primera vez lo reconoció abiertamente a través de su embajadora, Karima Benyaich. “Hay actos que tienen consecuencias y se tienen que asumir”, afirmó Benyaich. Dejaba claro, así, que lo de Ceuta era la respuesta de Marruecos a la decisión de España de permitir que Brahim Ghali, líder del Frente Polisario enfermo de COVID-19, recibiera tratamiento en un hospital de Logroño.
¿Por qué?
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