Las estrategias de presión y desestabilización en el tablero geopolítico no siempre dependen del uso de la fuerza. En el caso de Marruecos, la influencia, la desinformación y el control de determinados sectores clave han sido herramientas más eficaces que un conflicto abierto. Mientras Rabat consolida su posición en el norte de África con apoyo occidental, sus tácticas en territorio español dibujan un escenario de confrontación silenciosa pero constante.
La confrontación entre países con tácticas híbridas ha sido constante a lo largo de la historia. Su apogeo se dio a finales del siglo XX y continúa en la actualidad. El uso combinado de fuerzas convencionales e irregulares en acciones separadas con un mismo fin es una estrategia aplicada de forma recurrente.
Desde un enfoque castrense, el militar estadounidense Frank Hoffman define el conflicto híbrido como «la combinación de combate en el frente, subversión encubierta, desinformación, ciberataques o cualquier otra metódica necesaria en las acciones a llevar a cabo».
A raíz de la Marcha Verde, Marruecos ha adoptado las acciones híbridas en toda su amplitud como una estrategia recurrente. Esta metódica se ha vuelto habitual en su confrontación reivindicativa con España por Ceuta, Melilla y Canarias, territorios españoles que el país alauita reclama desde su constitución.
Marruecos, actual aliado preferencial de EE. UU. en el continente africano, mantiene un rol fundamental en la región con influencia en los musulmanes afines a la tradición suní.
Además de ser un aliado estratégico, combate el salafismo yihadista con políticas y acciones policiales contundentemente y de forma continua. Similarmente, ha conseguido en los últimos años, con apoyo estadounidense, una consolidación política de poder inteligente «Smart Power» muy influyente en la región.
Por el contrario, Marruecos aumenta con acciones desestabilizadoras sus pretensiones sobre territorio español.
Asimismo, Rabat exige negociar el fin de la ocupación de Ceuta y Melilla mientras genera tensiones en sus fronteras. Para ello, aplica medidas intimidatorias como el cierre de los cruces fronterizos y la colocación de letreros con palabras como «¡Ocupada!».
Acciones híbridas
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ARTÍCULO COMPLETO en EL ORIGINAL: Marruecos y sus tácticas híbridas: presión sobre España – LISA News
Conclusiones
Las relaciones actuales entre ambos países están marcadas por constantes altibajos en el ámbito político e institucional. Estas tensiones en materia de inteligencia afectan el statu quo y la estabilidad bilateral, generando una situación crítica para el gobierno español.
Ante este escenario, España debe priorizar la explotación de la legalidad internacional a su favor. Una estrategia clave sería aprovechar los puntos débiles de Marruecos, en particular su obsesión por anexionarse el Sáhara Occidental. Para ello, España podría reconocer a la República Árabe Saharaui Democrática, brindarle apoyo pleno en su consolidación y declarar la pronta apertura de una embajada saharaui en Madrid.
FUENTE: Marruecos y sus tácticas híbridas: presión sobre España – LISA News