Si tres meses de confinamiento en los propios hogares durante la pandemia de 2020 llevaron a muchas familias a experimentar problemas de salud mental, podemos preguntarnos qué pasaría si esa situación se prolongara en el tiempo en condiciones más difíciles y sin solución a la vista.
Hasta tres décadas lleva el pueblo saharaui viviendo exiliados en campamentos en el desierto, sin el mismo nivel de protección sanitaria que las sociedades que cuentan con Estados fuertes, y sumando un montón de contextos que tienen efecto en su salud mental.
Pendientes de una solución que es eminentemente política (conseguir un Estado propio con el que se zanje el proceso por el que dejaron de ser colonia española pero sin que se finalizara el camino hacia su independencia), sobreviven con sus propias herramientas: unos valores comunitarios muy fuertes, la importancia de la familia y, dentro de ellas, del aporte de las mujeres, o el esfuerzo tanto de las instituciones saharauis como de los profesionales sanitarios, pese a la precariedad de recursos.
En los campamentos, sus habitantes se resienten de problemas de salud mental en los que influye la dureza de la vida en el desierto, la separación de las familias entre quienes están allí y quienes están en los territorios ocupados, la sobrecarga que sufren las mujeres, o el propio peso que acarrean las propias profesionales encargadas de atender la salud mental.
Son algunos de los aspectos que recoge el informe ‘Sahara en Mente. Un acercamiento a la atención de la salud mental en los campamentos saharauis’, consultado por EL FARADIO.
Es un estudio pionero desarrollado por la ONG Mundo en Movimiento y que se presentó el pasado viernes en Castro Urdiales, dentro de la exposición que puede visitarse en el centro cultural La Residencia al respecto hasta el 1 de febrero, producida e impulsada por Fundación Ibili, y que llega a Cantabria de la mano de Cantabria por el Sáhara, que es miembro de la Coordinadora Cántabra de ONGDs.
(…)
SEGUIR LEYENDO en: Más formación y más adaptación a la cultura propia, los retos para mejorar la salud mental en los campamentos saharauis – El Faradio | Periodismo que cuenta