Cuando el Frente Polisario nació de los restos del Movimiento Nacional de Liberación Saharaui, en mayo de 1973, España estaba por perder una de sus últimas colonias. Y el Polisario apostaba por la lucha armada para echar a los españoles del Sahara Occidental y conseguir la independencia, pero el régimen franquista en retirada firmó los Acuerdos Tripartitos de Madrid y dejó ese territorio en manos de Marruecos y Mauritania. El último pactó la paz con el FP pero el primero reclama la soberanía sobre el Sahara.

La monarquía de Rabat y el Polisario entraron en guerra en 1975 y la terminaron en 1991 con la promesa de un referéndum de autodeterminación para el pueblo saharaui que nunca llegó. Marruecos levantó un muro que divide la zona del Sahara bajo ocupación de aquella que controla el FP, único representante de los saharauis reconocido internacionalmente y creador de la República Árabe Saharaui Democrática.

El Frente denuncia el colonialismo marroquí y acusa a la monarquía de secuestrar los recursos del Sahara como el fosfato, hierro, oro y otros minerales preciosos, petróleo gas, y pesca. Parte de los saharauis viven en campos de refugiados en Argelia. En cambio, Rabat consolida la ocupación y presenta ante el mundo al Sahara como una región más del reino. «Marruecos es el gendarme de Occidente», dice el poeta Mohamed Alí Alí Salem, representante del Frente Polisario en Argentina.

–¿Por qué la República Saharaui todavía no logró su independencia?

–Antes de la infame Conferencia de Berlín de 1884, los saharauis vivían libremente en su tierra, se autogobernaban, nunca había habido presencia de Marruecos en la zona. Ya en 1767 la dinastía alauí de Marruecos había firmado un tratado de amistad con Carlos III de España en el que dejaba escrito que no podría defender a los españoles que pescaban sobre las costas saharauis porque sus dominios llegaban hasta el río Nun, la frontera natural e histórica entre el Sahara y Marruecos. Esto da a entender que el Sahara nunca ha sido marroquí.

–España entregó su antigua colonia pese a seguir siendo la potencia administradora hasta hoy. ¿Qué la llevó a ignorar a los saharauis? 

–En el momento en que Marruecos invadió el Sahara, esperábamos de España la celebración de un referéndum para la independencia. La ONU insta a España a celebrar un referéndum porque el pueblo saharaui tiene derecho a la libre autodeterminación. Marruecos tiene una ambición expansionista y hay corrientes que dicen que empieza en el Tánger y termina en el río Senegal, es decir, ocupa parte de Argelia, el Sahara Occidental, Mauritania y una parte de Malí. Marruecos quiere quedarse con el Sahara porque es un país rico. Pero 84 países reconocen a la República Saharaui y 29 de estos son latinoamericanos.

–¿Por qué Argentina no está entre esos países?

–Oficialmente dice que apoya las resoluciones de la ONU y a los buenos oficios del enviado especial del secretario general en el tema del Sahara. Prueba de que los saharauis no son marroquíes es que ha habido 17 años de guerra contra Marruecos, la ONU intervino en los ’90, envió cascos azules e intentó organizar el referéndum. El Sahara Occidental es uno de los 17 territorios no autónomos pendientes de descolonización. El tema Sahara y el tema Malvinas no son antagónicos. Malvinas tiene derecho a la descolonización, lo que pasa es que no es mediante un referéndum, porque es una población implantada.

–En 2007 Marruecos presentó ante la ONU un plan de autonomía para el Sahara y desde entonces intenta venderlo a sus aliados. ¿Cuál es la posición del Polisario frente a la estrategia marroquí?

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