- «¿La mujer saharaui? Valiente, fuerte, el pilar de la familia saharaui. Es fundamental para todo»
- «Mi madre sufrió el exilio, la guerra, crio a sus hermanos, nos crio a nosotros sola, porque mi padre estuvo en la guerra muchos años»
- ‘Mujeres saharauis’, en Objetivo Igualdad, 16’30h Canal 24h y después en RTVEplay
'Mujeres saharauis, resistencia en femenino plural'. Nuestra compañera Yolanda Sobero habla con varias jóvenes saharauis sobre sus vivencias y la realidad de las #mujeres. Un avance del reportaje que se podrá ver en #ObjetivoIgualdad hoy 16,30h en Canal24hhttps://t.co/1BHUSq5Idd
— RTVE Igualdad (@rtveigualdad) April 30, 2022
Después de dos años de interrupción debido al COVID, los niños y niñas saharauis vuelven, a partir de junio, a pasar unas vacaciones veraniegas con familias españolas. Dos meses fuera de la dura hammada, de los campamentos de refugiados en Tinduf. Dos meses de descubrimientos, de juegos, de piscinas y también de revisiones médicas, de análisis y en algunos casos de tratamientos que son imposibles en los campamentos. Y lo que es más importante, la inmersión en una cultura diferente, en un espacio de cariño y solidaridad.
Estas «Vacaciones en paz» pueden ser el primer paso para estancias más largas e incluso para asentarse en España. Este ha sido el caso de Munina Baniug, Tesh Sidi y Mamía Brahim Nadjem, tres jóvenes saharauis que llegaron de niñas y acabaron por construir, junto con su vida en los campamentos, una nueva en España. El programa Objetivo Igualdad ha hablado con ellas sobre su pasado, su presente y su futuro.
Vacaciones en Paz
Las tres recuerdan con cariño no solo aquellas vacaciones, sino también la acogida y el cariño de su «otra» familia, la española. Y la aventura de sus «descubrimientos», de costumbres y de cosas inexistentes o escasas en los campamentos, como, por ejemplo, el agua, el agua que mana de un caño, de un grifo. Tal era la impresión que experimentaban esos niños que, por ejemplo, Tesh quería llevarse un grifo a los campamentos.
“Veía tanta agua que me quería llevar un grifo a los campamentos“
Cuando la acompañaron a comprar uno, se sorprendió al ver que al abrirlo no manaba agua como esperaba. «Fue la mayor desilusión de mi vida», dice con buen humor y recuerda: «De vivir en un desierto de la nada, a 50 grados, comiendo dos veces al día, pues, obviamente, cuando llegamos aquí teníamos muchísimos problemas alimenticios, de adaptación a lo que es la alimentación de aquí. Y, bueno, recuerdos bonitos, ver tanta agua… Veía tanta agua y me preguntaba: cómo puedo llevarme ese grifo».
Munina, Mamía y Tesh viven hoy en España. Aquí han crecido con «su familia» española, aquí han estudiado y, al hassanía natal, han añadido otras lenguas, como, por ejemplo, el castellano o el valenciano. Y hoy desempeñan trabajos cualificados.
Tres realidades saharuis: los campamentos, el Sáhara ocupado y España
Son tres mujeres a caballo de tres mundos y demuestran ser como ellas mismas definen a la mujer saharaui: «Luchadoras, fuertes, independientes y valientes». Como sus madres y sus abuelas, que construyeron prácticamente los campamentos. «Mi madre sufrió el exilio, la guerra, crio a sus hermanos, nos crio a nosotros, sola, porque mi padre estuvo en la guerra muchos años», recuerda Tesh Sidi, actualmente presidenta de la Asociación Saharaui de la Comunidad de Madrid.
Como Mariem Hassan, defensora con sus cantos de la causa de su pueblo,. reafirman su identidad saharaui y, al mismo tiempo, se sienten parte de su país de acogida, de España. Tienen el corazón dividido entre los campamentos de refugiados en la región argelina de Tinduf, donde viven sus familias, y sus trabajos y sus familiares de adopción en España. Y, como anhelo, la vuelta a su tierra de origen, aquella antigua provincia 53, el Sáhara español en el que nacieron sus abuelos y padres.
Ese Sáhara Occidental que para Naciones Unidas y el derecho internacional es aún un territorio no autónomo, un territorio pendiente de descolonización y cuyo futuro debería decidir su pueblo, el pueblo saharaui. Sin embargo, buena parte del territorio permanece ocupada por Marruecos y dividida por una serie de muros construidos por Rabat y que, a lo largo de más de 2.700 kilómetros, dividen el territorio y también al pueblo saharaui.
Al otro lado del muro
Tanto Tesh y Mamía como Munina tienen familiares o conocidos al otro lado. Toda la familia del padre de Tesh quedó en la zona ocupada y nunca volvió a verlos. La madre de Munina pudo conocer a sus hermanos gracias al programa de visitas realizado por ACNUR. Pero ahora, tras la aceptación del Gobierno español del plan de Marruecos de autonomía para el Sáhara, se desvanece la posibilidad de un reencuentro sin trabas con sus familias.
“En el Sáhara ocupado, solo por salir con tu bandera te torturan“
«En el Sáhara ocupado, solo por ser saharaui, por tu nombre, por llevar una melfa, por salir con tu bandera, te torturan, te violan, solo por decir que quiere ser libre», afirma Munina Baiung.
Además, en la zona ocupada, la represión de las fuerzas marroquíes sobre los activistas saharauis no cesa. Una represión que, pese a la presión, las trabas y acoso de todo tipo de las fuerzas marroquíes, llega al exterior gracias al empeño de periodistas saharauis, como los de Equipe Media. Mamía, vicepresidenta de la Asociación Saharaui de la Comunidad de Madrid, subraya el caso de Sultana Jaya: «Un policía marroquí la golpeó con una porra en el ojo. Lo ha perdido, solo tiene visión en uno de los ojos y así ha llevado muchísimos años de batallas contra ellos, de agresiones, detenciones, maltratos, violaciones físicas. Y a raíz de la vuelta a las armas, en noviembre de 2020, ha estado en arresto domiciliario hasta el día de hoy».
Cuando había cierta esperanza en el plan de ONU-OUA, que debía culminar en un referéndum de autodeterminación, el mandato de la MINURSO, a diferencia de otras misiones de la ONU, no incluyó la vigilancia de los derechos humanos. Tras la postura del Gobierno español, Mamía, Tesh y Munina se sienten impotentes, tristes… Además afectará también, de un forma u otra a sus familiares en los campamentos. Médicos del Mundo ya ha advertido que agravará la fragilidad de la atención sanitaria.
«Tengo mucha impotencia con la situación que vivimos. ¿Somos un trocito de la nada tirados? ¿No somos significativos para nadie? Son gestos así que te entristecen», confiesa Mamía. Tesh y Munina y Mamía se sienten traicionadas, pero no derrotadas.
Origen: Mujeres saharauis, resistencia en femenino plural – rtve.es