Asunto: Ni humanidad ni responsabilidad con el Sahara Occidental
Excmo. Sr. ministro, de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación
En su intervención ante el Consejo Ministerial de la OSCE, ha reiterado Vd. “la solidaridad de España con Israel y la condena del brutal ataque terrorista indiscriminado de Hamás, y ha hecho de nuevo un llamamiento al cumplimiento del Derecho Internacional Humanitario, subrayando que la tregua debe consolidarse inmediatamente para transformarse en un alto el fuego definitivo, con la liberación incondicional de todos los rehenes”.
A pesar del revuelo que se ha organizado por las comedidas declaraciones de nuestro presidente en su visita a Israel, invocando el derecho internacional, el caso es que España se solidariza con un estado que no cesa en sus crímenes de lesa humanidad y de guerra; y no condena el principal ataque terrorista: la masacre de Israel al pueblo palestino, a la población civil, a miles de niños; el asedio de Gaza, con el bloqueo al suministro de combustible, agua, víveres y medicamentos. Son, por ahora, 25.000 los fallecidos civiles palestinos, entre los muertos que se ven y los que han quedado bajo los escombros provocados por los incesantes bombardeos a casas, hospitales, escuelas.
“Reconocemos el derecho de Israel a defenderse”, dice Vd. y dice Sánchez. La Historia evidencia que Israel es el atacante. Y lo es desde hace décadas, encarcelando sin juicio y torturando a niños y a adultos, a miles; destrozando la vida de los palestinos con la ocupación, la violencia, el robo, el asesinato, el apartheid, la humillación, la expulsión de sus tierras, y permitiendo más y más matanzas de palestinos por colonos israelíes para arañar más tierras. ¿Derecho a defenderse, dice?
España no ha tenido éxito en su petición de que la Unión Europea se implique en la protección a los civiles palestinos de los bombardeos y asesinatos del ejército israelí. Pero, al menos, ha mostrado un tímido gesto de humanidad hacia el pueblo palestino. Sin embargo, con el Sahara Occidental, eso no ocurre. También Marruecos se defiende de los que piden la autodeterminación que se les debe desde hace 48 años, y por eso siembra el terror en los territorios ocupados.
No hay más que leer el informe sobre la situación de los presos saharauis en los últimos seis meses elaborado por la Liga para la Protección de los Presos Saharauis en Cárceles Marroquíes, un auténtico manual de la perversión, a cargo de las fuerzas de ocupación marroquíes.
La Liga expone que “la ocupación marroquí sigue sin respetar las Reglas Mínimas para la Protección de los Prisioneros (Reglas Mandela) y los Convenios de Ginebra para la protección de civiles, incluidos los presos. Después de someterlos a torturas y hacerles firmar atestados policiales bajo presión y coacción; después de haber llevado a cabo juicios simulados y pronunciado duras sentencias contra ellos, la Administración penitenciaria persiste con determinación en practicar diversas formas de venganza y discriminación contra ellos”.
En el informe se ponen de relieve principalmente los casos de negligencia médica. A estas alturas, se obvian por sabidas las condiciones higiénicas y de mala alimentación, el aislamiento, la brutalidad; la distancia de las familias; los regímenes de visita con las esperas, las humillaciones y un testigo funcionario; las llamadas telefónicas, escasas, cortas y con escuchas. Se cuenta lo que cambia. Por eso se incide más en los casos de enfermedad, que la administración de la cárcel no atiende, que algunos funcionarios celebran diciendo a los presos que estarían mejor muertos. Algunos de ellos, en efecto, están muy graves, pero da igual. Una vida saharaui no vale nada para el invasor.
Los presos políticos saharauis inician huelgas de hambre para protestar por los atropellos a que son sometidos hasta que les dice la administración penitenciaria que sí, que les van a mejorar las condiciones. Pero es mentira.
Y en este contexto, Marruecos se permite optar a la Presidencia del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, la institución que supervisa miles de denuncias de todo el mundo. Cerca de cuarenta organizaciones saharauis han impugnado ese despropósito mediante una Campaña de la Sociedad Civil Saharaui, alegando, no solo el incumplimiento de los derechos humanos empezando por el de autodeterminación, sino la postura hostil de Marruecos hacia la propia ONU y sus expertos, y su negativa a acatar las recomendaciones de sus órganos. En estas condiciones, una presidencia marroquí pondría en entredicho la legitimidad misma del Consejo, se dice en la Campaña.
Por su parte, el Colectivo de Defensores Saharauis de los Derechos Humanos en el Sahara Occidental (CODESA) ha celebrado su congreso -en línea, por haber abortado Marruecos el congreso presencial-. En sus conclusiones, establece que sobre España, en tanto que antigua potencia colonial, sigue recayendo la responsabilidad administrativa en el Sahara Occidental, una “responsabilidad jurídica, política e histórica por no haber completado el proceso de descolonización del Sahara Occidental y por los crímenes de guerra, genocidio y crímenes contra la humanidad a los que ha estado y está expuesto el pueblo saharaui”.
España tiene que asumir esa responsabilidad. Esa preocupación por los derechos humanos en el caso de Palestina no se manifiesta nunca en el caso del Sahara Occidental. No es con el silencio ni con la inacción como vamos a reparar la deuda de honor, política y jurídica contraída con el Sahara Occidental.
Tiene que buscar soluciones.
Cristina Martínez Benítez de Lugo
Participante en el Movimiento por los Presos Políticos Saharaui