Basándose en el derecho internacional y las resoluciones pertinentes de la ONU, recordó que el pueblo saharaui tiene el derecho inalienable a la autodeterminación, consagrado tanto en la Carta de la ONU como en la opinión consultiva de 1975 de la Corte Internacional de Justicia. Denunció la ocupación marroquí del territorio y la política de colonización sistemática seguida durante casi medio siglo, en violación del derecho internacional.

El llamamiento también cuestionó la inacción de la MINURSO, la única misión de paz de la ONU sin mandato para supervisar los derechos humanos, pese a que organizaciones internacionales documentan graves y reiteradas violaciones: detenciones arbitrarias, torturas, restricciones a la libertad de expresión y asociación y acoso a periodistas y defensores saharauis.

El orador instó a las Naciones Unidas a asumir plenamente sus responsabilidades y establecer un calendario claro para la celebración del referéndum de autodeterminación, que se ha retrasado durante más de treinta años.

También pidió protección internacional para los activistas saharauis, víctimas de un régimen de represión orquestado por las autoridades de ocupación marroquíes, y el fin de la explotación ilegal de los recursos naturales del territorio, en particular fosfatos y productos pesqueros, por empresas extranjeras en connivencia con Rabat.

En un tono marcado por la dignidad y la firmeza, concluyó que la paz y la estabilidad en el Magreb pasan por la descolonización completa del Sáhara Occidental y el reconocimiento del legítimo derecho del pueblo saharaui a la libertad y la soberanía.

Wassim Benrabah