Por Salem Mohamed /ECS
Marruecos intenta contentar a EE.UU a costa de cualquiera, aún si para ello implica vender y/o sacrificar naciones árabes sin razón aparente más que la de conseguir su aprobación para la colonización del Sáhara Occidental. Desde hace 2 años, Marruecos cortó relaciones con Irán bajo acusaciones de haber entrenado y facilitado armas supuestamente al Frente Polisario.
Pero para entender la actitud marroquí y poder extraer una conclusión, hay que contextualizar un poco: la República Islámica de Irán reconoció a la RASD el 27 de febrero de 1980, con motivo del cuarto aniversario de la proclamación de la RASD. Durante los años de guerra (1975-1991), Irán proporcionó ayuda humanitaria (mantas, textil y alimentos) en beneficio a los refugiados saharauis.
Teherán apoyó al pueblo saharaui mientras libraba una feroz guerra contra Irak en un momento en que el régimen de Saddam Hussein suministraba armamento y financiación al régimen marroquí para masacrar al pueblo saharaui. En 1990, las fuerzas iraquíes invadieron Kuwait y ocuparon por la fuerza un país árabe vecino, declarando Kuwait una provincia más de Irak en una invasión similar a la que hizo el régimen marroquí en el Sáhara Occidental, pero lo extraño es que Marruecos se unió a las fuerzas de la coalición liderada por EE.UU contra Irak, y condenó la invasión de Kuwait, evidentemente para agradar a EE.UU. En esta fecha, el Frente Polisario, sumergido en la guerra contra la ocupación marroquí, envió una delegación a Irak, algo que no agradó a Irán, país con el que hasta entonces mantiene estrechas relaciones diplomáticas. Años después, en el año 2000, Teherán congeló sus relaciones diplomáticas con la RASD sin la retirada del reconocimiento.
Origen: La estrategia marroquí ante Biden.