Igual que su admirado Miguel Hernández, del que se confiesa “reencarnada”. Poeta del pueblo. “Mi familia han sido pastores, mi gente está en las cárceles y viví la guerra de pequeña”, enumera la periodista y escritora saharaui Fatma Galia (El Aaiún, 1971).
Poeta del pueblo. Igual que su admirado Miguel Hernández, del que se reconoce “reencarnada”. No en vano, enumera Fatma Galia (El Aaiún, 1971), “mi familia han sido pastores, mi gente está en las cárceles y viví la guerra de pequeña”. Tras la ocupación marroquí de su tierra, con cinco años, junto a parte de su familia, llegó a los campamentos de refugiados saharauis. Su padre se quedó en el Sáhara Occidental, donde falleció años después. Nunca más volvió a verlo.
Hija y nieta de nómadas.
Sí. Por eso, mi mayor regalo es salir de viaje, da igual de una casa que de una ciudad a otra. Cambio de lugar y es como volver a sentir ese nomadismo que viví hasta los cinco años.
Aunque hace casi 30 años que vives en Euskadi.
Se pueden llevar bien las dos cosas. He echado raíces, mis hijas son vascas, euskaldunes, nacieron aquí. Pero en cuanto podemos viajar, sin perder sus clases, lo hacemos. El día que mis hijas se independicen volveré al nomadismo, da igual que sea en un desierto o por las ciudades europeas.
¿Cómo ha sido tu vida aquí?
Mira, las cosas siempre me han sido feas, nunca he tenido estabilidad ni un trabajo digno. Tengo los títulos como cromos (…)
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