La postura de Rima Hassan no es solo una decepción personal. Simboliza algo más profundo: el intento de fracturar la solidaridad internacionalista, separando la causa palestina de la saharaui. Pero la militancia lo tiene claro: no se puede defender a Palestina y abandonar al Sáhara, del mismo modo que no se puede denunciar a Israel y legitimar a Marruecos.
Las recientes declaraciones de la eurodiputada franco-palestina Rima Hassan sobre el Sáhara Occidental han provocado una ola de indignación en los territorios ocupados, en los campamentos de refugiados, en Argelia y también en Francia, donde su figura había adquirido notoriedad. Lo que ella quiso presentar como una reflexión sobre un “tema delicado” ha sido percibido como una traición política y moral.
En sus mensajes, Hassan ha sostenido que el Sáhara es sobre todo un foco de tensiones entre Marruecos y Argelia, y ha llegado a afirmar:
«Il faut vraiment arrêter de comparer la Palestine à la question du Sahara»
(“Hay que dejar de comparar Palestina con la cuestión del Sáhara”).

Con esas frases, adoptó la narrativa marroquí: reducir el conflicto a un diferendo regional y negar su carácter de proceso de descolonización pendiente, reconocido por la ONU y la Unión Africana. Para los saharauis, significa además desmarcarse deliberadamente de la solidaridad palestina, en un tono despectivo hacia su lucha.
La reacción de AFAPREDESA fue inmediata. En su carta abierta, el presidente Abdeslam Aomar Lahsen calificó la postura de Hassan de “grave y sorprendente”, recordando que la diputada construyó su legitimidad académica en torno a los refugiados saharauis. “Apoyar a Palestina y negar al Sáhara es negar el derecho internacional”, subrayó, recordando que quienes ocupan el Sáhara son los mismos que ocupan Palestina, y que ambas causas están simbólicamente unidas contra la colonización.
En Francia, la repercusión ha sido enorme. Hassan no es una militante anónima: es diputada europea y referente mediática. Que desde esa posición abrace la tesis marroquí constituye un regalo político para Rabat en un país donde el lobby marroquí despliega desde hace años toda su influencia. Para la diáspora argelina, que contribuyó a impulsar su carrera, su giro no es una opinión: es una bofetada, una traición. Así lo expresó el escritor Belgacem Merbah, quien en un artículo demoledor denunció que Hassan cruzó “la línea roja de la traición”, apoyando un discurso que legitima el expansionismo del “Gran Marruecos” e incluso amenaza la integridad territorial argelina.
El analista Salim Djellab fue igualmente contundente: se trata de un caso de “décolonialisme sélectif” y de “relativisme juridique”. Denunciar la ocupación israelí mientras se legitima la marroquí es incoherente y mina toda credibilidad.
Las palabras más duras llegaron de la diputada española saharaui Tesh Sidi, que respondió en X:
“Parler de la Marche verte comme d’un événement pacifique, c’est comme dire que la Nakba l’a été. En réalité, ce fut une offensive militaire avec usage de napalm et de phosphore blanc…”
Sidi recordó que la Marcha Verde fue una ofensiva militar y una expulsión masiva hacia los campamentos de refugiados, igual que la Nakba lo fue para los palestinos. En otro mensaje añadió que el Sáhara y los saharauis no son un “obstáculo” en las relaciones Marruecos-Argelia, sino una causa de liberación nacional frente a un proyecto expansionista.


Coherencia anticolonial: una línea que no se negocia
El caso Hassan ha dejado una lección clara: el anticolonialismo no se puede trocear a conveniencia. No se puede defender a Palestina y negar al Sáhara; no se puede denunciar a Israel y legitimar a Marruecos; no se puede hablar de derechos humanos mientras se da la espalda al derecho a la autodeterminación de un pueblo colonizado.
Como resumió AFAPREDESA: “Apoyar la causa palestina y negar la saharaui es negar el derecho internacional.”
Y como advirtió Tesh Sidi: “Llamar pacífica a la Marcha Verde es como llamar pacífica a la Nakba.”
El Sáhara Occidental no es un “tema delicado”, ni un simple “conflicto regional”: es la última colonia de África y su independencia es un derecho inalienable.
PLATAFORMA «NO TE OLVIDES DEL SAHARA OCCIDENTAL»
