SÁHARA: NUESTRO GAZA (Los símbolos arden bien). Por Gonzalo Moure Trenor

SÁHARA: NUESTRO GAZA (Los símbolos arden bien). Por Gonzalo Moure Trenor

Dentro de poco más de dos meses, se van a cumplir 50 años de la ocupación del Sáhara Occidental por Marruecos. A ella siguió la desaparición de un número de desaparecidos imposible de calcular por la opacidad del régimen marroquí y la complicidad francesa, y un gran número de muertos bajo las bombas de napalm y fósforo blanco, más todos los combatientes muertos en el campo de batalla, también incalculables.

En el Sáhara se cumplió la ocupación total que hoy anuncia el gobierno de Netanyahu de la franja, y se quiere convertir el Sáhara en el resort de vacaciones que hace poco describió Trump para Gaza.

¿Y nosotros? España, muy ocupada entonces con el fin de la dictadura y la consecución de la democracia, asistió en silencio a lo que fue también un auténtico genocidio. Y asiste, porque salvo una pequeña parte de nuestra sociedad que coopera con los refugiados en Tinduf y acoge a miles de niños en Vacaciones en Paz (y no es poco), España mira hacia otro lado, a pesar de todas las resoluciones de la ONU exigiendo un referéndum de independencia para el Sáhara Occidental.

Al igual que en Palestina, los colonos marroquís se han apoderado del Sáhara histórico, de sus tierras y de sus riquezas. Al igual que en los territorios ocupados por Israel, en el Sáhara está prohibido ser saharaui. Al igual que en Cisjordania los sionistas queman olivos, Marruecos quemó las jaimas de Gdeim Izik, símbolo de la voluntad de lucha de los saharauis. Los símbolos arden bien.

Gaza es hoy una herida abierta en el costado de la humanidad, como lo fue y lo sigue siendo el Sáhara, el que fue el Sáhara Occidental, la provincia 53 abandonada a su suerte y a la ocupación.

La única diferencia (y tampoco es menor), es que el Sáhara es nuestro Gaza, que nuestra responsabilidad no es la de un país más, sino la de un país que colonizó e hizo suya aquella tierra, y que tiene la obligación de devolverle la palabra y de exigir el fin de la ocupación. Cada día, cada hora, cada minuto.

Sáhara libre.

Gonzalo Moure Trenor


Comentarios añadidos por NO TE OLVIDES DEL SÁHARA OCCIDENTAL

El texto de Gonzalo Moure señala con precisión una verdad incómoda: España no es un espectador neutral en el drama del Sáhara Occidental, sino un actor con responsabilidad histórica y jurídica directa. No se trata de una solidaridad voluntaria, sino de una obligación internacional derivada del estatus de potencia administradora, reconocida por la ONU y confirmada por múltiples dictámenes jurídicos.

La comparación con Gaza no es una exageración literaria, sino un espejo que refleja las mismas lógicas coloniales: ocupación militar, colonización demográfica, expolio sistemático de recursos y represión de toda identidad nacional. En ambos casos, la comunidad internacional se refugia en declaraciones vacías mientras el tiempo consolida la injusticia.

El caso saharaui compromete más a España porque no hablamos de un conflicto lejano ni de una causa ajena: es el resultado directo de una traición consumada por el Estado español. En 1975, Madrid entregó el territorio a Marruecos y Mauritania en un pacto ilegal que sirvió para blanquear una invasión ya en marcha. No fue una retirada, sino una cobarde huida dejando atrás a un pueblo indefenso. Desde entonces, todos los gobiernos españoles —de uno y otro signo— han mantenido una complicidad activa con Rabat, protegiendo sus intereses y silenciando sus crímenes. El reciente respaldo de Pedro Sánchez al plan de autonomía marroquí no es un error diplomático: es la confirmación de que España ha pasado de ser potencia administradora a cómplice permanente de la ocupación.

La frase de Moure, “Los símbolos arden bien”, evoca Gdeim Izik, la “intifada saharaui” de 2010, brutalmente desmantelada, y nos recuerda que la represión marroquí busca borrar la memoria colectiva para imponer el olvido. Frente a ello, la palabra, la memoria y la denuncia son armas esenciales.

A dos meses de cumplirse 50 años de ocupación, el reto no es solo exigir un referéndum, sino romper la narrativa marroquí que presenta el Sáhara como una las “provincias del Sue” y desmontar el blindaje diplomático que París y otros aliados ofrecen a Rabat. Como en Gaza, el colonialismo y la ocupación no caen por sí solos: hay que forzar su final.

Sáhara libre. Palestina libre. Fin del colonialismo.


MEMORIA HISTÓRICA de la RASD: LA GUERRA OLVIDADA del SAHARA OCCIDENTAL | Fotos de Gérald Bloncourt (1976)