El Secretario General del Frente Polisario y presidente de la Republica Saharaui, Brahim Ghali, denunció una vez más que España «abandona» a los saharauis a «su suerte». Durante una rueda de prensa, el presidente de la RASD ha defendido la posición del Frente Polisario para continuar con el objetivo de volver a los territorios ocupados por Marruecos. Hace casi 50 años, miles de saharauis tuvieron que abandonar esta parte del territorio para exiliarse en el desierto de Tinduf, en Argelia. Tras medio siglo, la esperanza por volver aún sigue intacta.

Preguntado por el viraje del Gobierno de Sánchez sobre la independencia del Sahara Occidental, Ghali ha asegurado que «después del giro histórico español, las relaciones se congelaron y van a seguir hasta que no se corrija». En marzo de 2022 se conoció porque el Reino de Marruecos publicó una carta firmada por Pedro Sánchez, que el Gobierno español reconocía la soberanía marroquí sobre el territorio. Un viraje que ni en el Parlamento español ni en la RASD esperaban. «El cambio de posición del gobierno español sobre la cuestión del Sáhara Occidental se debe al chantaje de Marruecos y a las presiones de los Estados», lamentó Ghali.

El Sáhara está ocupado desde 1975; su rey Hassan II, en connivencia con la junta de Mauritania, se apoderó de esta provincia española, aprovechando el vacío tras la muerte de F. Franco y tras la firma ilegal del Acuerdo Tripartito de Madrid con el entonces príncipe Juan Carlos a la cabeza. Sin embargo, los habitantes se unieron en torno al Frente Polisario, que anunció la creación de la RASD, librando una guerra por la liberación del rey hasta 1991, luego el conflicto se congeló, limitándose únicamente a un alto el fuego que se rompió en 2020.

Desde entonces distintos planes de arreglo de la ONU y resoluciones de la Asamblea General y del Consejo de Seguridad no han conseguido hacer avanzar el territorio hacia un referéndum de autodeterminación en el que los saharauis decidieran su futuro. Pese a que Marruecos negoció con el Frente Polisario el llamado Plan de Arreglo aprobado por el Consejo de Seguridad de la ONU en 1990, que reconocía el referéndum para determinar la autodeterminación de los saharauis este no se ha realizado nunca.

El Sáhara Occidental, conocido como “la última colonia de África”, es un desierto de 266.000 kilómetros cuadrados en una región rica en fosfatos con una costa de enorme riqueza pesquera en el Océano Atlántico.

La Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum en el Sahara Occidental concluyó la elaboración del censo en 2000. El veto de Francia en el Consejo de Seguridad impidió que se de el paso de convocar la consulta para ese referéndum.

Según la ONU, el territorio del Sáhara Occidental no pertenece a ningún país del mundo y el representante legítimo del pueblo en este territorio es el Frente Polisario. Hoy día, 41 países de todo el mundo reconocen a la RASD. La Republica Saharaui también es miembro fundador de la Unión Africana.

De los 275 mil kilómetros del territorio del país, 50 mil kilómetros están bajo el control de las autoridades de la RASD, el resto está ocupado militarmente por Marruecos. En 2020, Marruecos normalizó las relaciones con Israel, en respuesta, el ex presidente Trump reconoció el Sáhara Occidental como territorio marroquí.

La postura de Mohamed VI niega cualquier solución que no sea la incorporación del Sáhara Occidental a su soberanía con una posterior autonomía de términos no definidos. El Frente Polisario mantiene la exigencia de un referéndum de autodeterminación para el Sáhara Occidental que Marruecos también había aceptado sobre el papel en 1991.

El giro del Gobierno de Pedro Sánchez apoyando a la solución marroquí se ha encontrado con la oposición firme del Frente Polisario que recuerda que la presencia de Marruecos en el Sáhara Occidental es una ocupación ilegal para las Naciones Unidas y que el Tribunal de Justicia de la UE dictaminó que el Sáhara Occidental no forma parte de Marruecos.

Ghali ha asegurado que su Gobierno no volverá a retomar relaciones con España a menos que el Ejecutivo liderado por Sánchez deje de apoyar a Marruecos respecto al Sáhara Occidental y vuelva a defender las resoluciones de la ONU para la celebración de un referéndum de autodeterminación, como reclama el pueblo saharaui.