En el otoño de 1975, una semana antes de la muerte de Franco, Hasan II, vívida encarnación del mismísimo Führer, se levanta un buen día (aciago para nosotros), se dirige a su fastuoso escritorio y extiende sobre él el mapa de su reino; coge un lápiz y, de buenas a primeras, desplaza la línea fronteriza sur (paralelo 27° 40′ donde termina su reino) y la desliza hacia abajo hasta el paralelo 20° 47′ (frontera del Sahara Occidental con Mauritania).
Como si fuera el amo del mundo, y como si el lápiz usado por él fuera una varita mágica, acaba de convertir el tamaño de su reino en el doble de lo que es. Así, sin más, de un plumazo ‒nunca mejor dicho– acaba de anexionarse el Sahara Occidental, un territorio con una extensión casi similar a la extensión de Marruecos.
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Origen: Sáhara Occidental | El Sahara Occidental y el acecho de las hienas – El Salto – Edición General