El pueblo saharaui sigue siendo el principal garante de su soberanía
✍️ Ahmed Omar, Campamentos de Refugiados Saharauis.
Alo largo de décadas, el pueblo saharaui ha demostrado su firme compromiso con la paz y la justicia, siendo fiel guardián de su soberanía e identidad nacional. Lejos de depender de coyunturas o actores externos, el pueblo saharaui se ha convertido en el auténtico garante de su derecho a la autodeterminación, manteniéndose firme y sereno ante las diversas situaciones y cambios en la escena internacional.
En el contexto actual, marcado por cambios en liderazgos globales como el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, la República Saharaui mantiene su postura de paz y de respeto hacia todos los países y pueblos. Pero, ¿hasta qué punto están dispuestos los líderes internacionales a reconocer la legitimidad de las aspiraciones saharauis y actuar en consecuencia? ¿Seguirán permitiendo la ocupación o mostrarán un compromiso real con el derecho internacional y la justicia?
La experiencia del pueblo saharaui en la lucha por su independencia ha forjado una madurez diplomática que resalta su posición como nación pacífica y respetuosa de los principios universales de justicia. Esta historia de resistencia pacífica y de apegado respeto al derecho internacional es prueba de la sólida convicción del pueblo saharaui por la paz duradera, basada en el reconocimiento de sus derechos inalienables. Esta causa justa y reconocida por múltiples instancias internacionales, su situación nos deja preguntar: ¿por qué la Comunidad Internacional sigue sin tomar acciones decisivas?
El liderazgo de la República Saharaui, bajo la dirección del Frente Polisario, se ha caracterizado por su independencia y neutralidad frente a alianzas ideológicas o políticas, preservando así un camino propio, sin dejarse llevar por las presiones externas o los intereses de terceros. ¿No es este un ejemplo claro de una lucha por la autodeterminación que merece el apoyo inequívoco de la comunidad internacional?
El pueblo saharaui, desde la fundación del Frente POLISARIO en 1973, ha demostrado una fortaleza admirable al resistir diversas agresiones y ha superado intentos de opresión y ocupación sin renunciar a sus principios. Durante este proceso, se han enfrentado a presiones, incluso militares, pero han respondido siempre con moderación y responsabilidad. En vez de exacerbar conflictos, la República Saharaui ha extendido constantemente una mano de paz, buscando soluciones a través del diálogo y la cooperación internacional, sin ceder nunca en su derecho soberano. ¿Qué más se necesita para que el mundo reconozca la legitimidad de su postura y apoye de manera más contundente su causa?
Es importante destacar que la República Saharaui ha respetado y apoyado las resoluciones de la ONU y los esfuerzos de paz internacionales, colaborando activamente en cada paso para alcanzar una solución pacífica y justa frente a una agresión y ocupación ilegal por parte de Marruecos. Si una parte muestra voluntad de diálogo y la otra obstaculiza el proceso, ¿dónde debería recaer la responsabilidad de hacer cumplir la justicia?
Así, el pueblo saharaui sigue siendo el principal garante de su soberanía. Su causa no está en contra de nadie, sino a favor de su propia dignidad y justicia. Frente a cada reto, como puede ser el cambio de liderazgo en Estados Unidos, el pueblo saharaui seguirá comprometido en su causa, abogando por soluciones basadas en el respeto a los derechos humanos y en el reconocimiento internacional de su estatus como nación libre e independiente. Pero ¿cuántas generaciones más tendrán que pasar antes de que se alcance una paz justa y duradera?
La República Saharaui, pues, continúa en su camino, confiada en la justicia de su causa y en el respaldo de las leyes y principios internacionales, manteniéndose siempre abierta a la cooperación y al diálogo. En este proceso, su posición sigue siendo la de un pueblo que defiende su tierra y su derecho a la paz, demostrando ser el verdadero garante de su soberanía.