Sáhara Occidental: la normalización de lo anormal

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Sáhara Occidental: la normalización de lo anormal
 

Elena Rusca.

 

ECS. Ginebra. | Refugiados en territorios argelinos desde más de 40 años, los saharauis continúan estacionados en medio del desierto. El silencio mediático y la ausencia de un proyecto concreto que resuelva esta situación los bloquea en un limbo sin fin al cual la comunidad internacional sigue indiferente.

Staffan de Mistura, el nuevo enviado de la ONU por el Sahara Occidental, visitó a los campamentos de refugiados saharaui el mes pasado. Entre sus varias visitas, se encontró con la Media Luna Roja Saharaui al respecto de la situación de la ayuda humanitaria.

“En lo humanitario la escucha no es suficiente, sino que se necesitan hechos. No debería hacer falta, por prestar una ayuda humanitaria, una decisión del Consejo de Seguridad de la ONU en Nueva York”, nos comparte Buhubeini Yahya Buhubeini, director de la Media Luna Roja Saharaui (MLRS).

En efecto, pareciera obvio que lo humanitario, lo político y lo económico no deberían entrabar su labor de manera alguna.

“En lo humanitario la escucha no es suficiente, sino que se necesitan hechos”

“En 2009 recibimos una visita de Antonio Guterres, en la época Alto Comisionado de las Naciones Unidas por los Refugiados (ACNUR). En su visita, Guterres hizo un discurso en Smara”, uno de los cinco campamentos de los refugiados saharauis en Tindouf (Argelia). “Este discurso fue muy claro: Nosotros estamos aquí para poder aliviar sus problemas, como los podría hacer un paracetamol, pero el antibiótico esta en Nueva York, en Estados Unidos, es allí que se toman las decisiones”, nos comparte de esta visita Buhubeini Yahya Buhubeini.

“¡El nuevo Alto Comisionado de los Refugiados incluso tiene dificultad de prestar el servicio de paracetamol!” Sigue Buhubeini Yahya Buhubeini. “Entonces, es importante acordarnos que el mandato de la humanitario no se limita solamente en prestar ayuda. Todos, el CICR, el ACNUR, la MLRS, las ONGs, prestan ayuda. Pero otro papel de ellos es sensibilizar a la comunidad internacional para dar fin al conflicto y al aumento de refugiados porque eso es un fracaso para nosotros”

Y cada día que se pasa es un fracaso más.

El día 13 de noviembre 2020 Marruecos salió de la zona buffer prohibida para los ejércitos para desalojar a los manifestantes Civiles Saharaui. En ese periodo, decenas de saharauis habían organizado una acampada en la zona conocida como Guerguerat. En esta zona se encuentra la brecha ilegal abierta por la ocupación marroquí y por la cual pasan miles de vehículos a diario con mercancías para vender en todo África, además de ser uno de los principales puntos desde los cuales las mafias trafican con las drogas procedentes de Marruecos y las mueven por todo el continente.

Desde que los marroquís atacaron a los manifestantes saharauis, empezó de nuevo la guerra por la liberación del Sahara Occidental. Muchos países llaman ahora al cese del alto al fuego, los mismos que, durante 29 años de Acuerdos de Paz, saquearon los recursos naturales del Sahara Occidental.

Debido a la guerra, de las 40 000 y 60 000 personas que vivían en los Territorios Liberados, 4 749 personas se han desplazados hacia los campamentos saharauis. Muchos se fueron en Mauritania y otros entre Bechar y Tindouf en Argelia, buscando lluvia y pasto para su ganado.

Esas personas han tenido raciones del Programa Mundial de Alimentos PMA por tres meses, y otras ayudas puntuales.

Sin embargo, los saharauis son los refugiados los más antiguos de ACNUR.

“Los saharauis no son refugiados de catástrofe natural: los más importante para ellos es el regreso a su país y no de darle comida”, denuncia Buhubeini Yahya Buhubeini. “Se visibiliza Irak, Yemen, Siria… ¿y porque no el Sahara Occidental?”

¿Cómo romper ese peligroso muro de silencio? Esto no es un trabajo político, eso es también un trabajo humanitario”, concluye el director de la Media Luna Roja Saharaui.

“Estamos también utilizando todo el stock de emergencia para eso, pero este stock se está terminando”, nos explica Buhubeini Yahya Buhubeini.

Efectivamente, entre las varias dificultades a las cuales se enfrentan los saharauis, también la ayuda humanitaria alimentaria ha disminuido. Los precios de los alimentos han aumentado, pero el presupuesto del PMA sigue siendo lo mismo. El contenido de la canasta básica ha disminuido hasta un 44% este último periodo.

La guerra, la sequía que dura desde 4 años, la falta de otros ingresos y cese de actividades debido al covid, hacen que la vida en los campamentos es siempre más difícil y necesita de una ayuda más concreta que un simple apoyo en materiales o alimentos.

“Quien trabaja en lo humanitario debería hacer todo lo posible para dar visibilidad, sensibilizar a la comunidad internacional en la situación del pueblo saharaui. Ahora el nuevo Alto Comisionado de ACNUR, Filippo Grandi, visitó Tunez, Libia, Mauritania, Mali… ¿porque no visitó también a los campamentos? ¿Tienen miedo de Marruecos? ¿Dónde está el principio de neutralidad?” se exclama Buhubeini Yahya Buhubeini.

¿Razones económicas?

El estancamiento de la situación no afecta solamente a la población saharaui que sigue obligada a vivir en los campamentos de refugiados que se encuentran en Tindouf, al sur de Argelia, sino que alcanza a todo el territorio saharaui.

Los territorios gobernados por el gobierno marroquí no se parecen mucho a los territorios conservados por el Frente Polisario, ni tampoco al pedazo de desierto árido dejado por Argelia a quienes huyeron de la guerra en los años 1970 y 1980. Son territorios, los ocupados por Marruecos, que tienen fosfatos, petróleo, oro, y una de las pescas más importante a nivel mundial.

Empresas de 39 países diferentes explotan esos recursos, aunque la resolución 1803 (XVII) de Naciones Unidas afirma que “la violación de los derechos soberanos de los pueblos y naciones sobre su riqueza y recursos naturales es contraria al espíritu y los principios de las Naciones Unidas y obstaculiza el desarrollo de la cooperación internacional para la preservación de la paz”.

El CERF

El Secretario General Adjunto de Asuntos Humanitarios de la ONU, Martin Griffiths, liberó el jueves 150 millones de dólares del Fondo Central de Respuesta a Emergencias (CERF) para apoyar operaciones humanitarias con financiación insuficiente en 13 países de África, América, Asia y Oriente Medio.

Según la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), 274 millones de personas necesitarán asistencia humanitaria este año, la cifra más alta en décadas.

Los fondos del CERF apoyarán las operaciones de socorro en Siria ($25 millones), la República Democrática del Congo ($23 millones), Sudán ($20 millones) y Myanmar ($12 millones).

Las operaciones de ayuda en Burkina Faso, Chad y Níger recibirán 10 millones de dólares cada una. El resto de la financiación se destinará a Haití ($8 millones), Líbano ($8 millones), Madagascar ($7 millones), Kenia ($6 millones), Angola ($6 millones) y Honduras ($5 millones).

Staffan de Mistura, durante la reunión con Buhubeini Yahya Buhubeini, habló de la posibilidad de que los campamentos de refugiados saharauis puedan involucrarse en este tipo de ayuda. ¿Podrá servir eso a romper este peligroso muro de silencio en que vive el pueblo saharaui?

Fuente: Clarín.

Origen: Sáhara Occidental: la normalización de lo anormal.