El representante del Frente Polisario ante las Naciones Unidas y las organizaciones internacionales en Ginebra, Oubi Bouchraya, reafirmó el pasado jueves durante el programa de radio argelino « L’Histoire en marche » que “la autodeterminación sigue siendo la única vía legítima” para el pueblo saharaui, de acuerdo con el derecho internacional.
Recordó que desde 1991 un proceso político bajo los auspicios de la ONU prevé un referéndum de autodeterminación, pero que este proceso ha sido bloqueado principalmente porque «Marruecos se ha retirado de la vía del referéndum» por temor a la derrota. Según él, «el reto para las Naciones Unidas y las grandes potencias internacionales es relanzar este proceso político con un objetivo claro: respetar la Carta de las Naciones Unidas y permitir al pueblo saharaui decidir su futuro».
Bouchraïa destacó la flexibilidad demostrada por el Frente Polisario, en particular al aceptar el plan Baker en 2003, que proponía una fase de autonomía antes del referéndum, manteniendo al mismo tiempo el derecho a la independencia. «El Frente Polisario ha mostrado su disposición a facilitar la labor de las Naciones Unidas», insistió, lamentando, sin embargo, que el Consejo de Seguridad no haya reconocido en su justo valor esta flexibilidad, lo que «ha desviado el proceso político de su curso original». Denunció una «falta muy clara de voluntad política» por parte marroquí, pero también una cierta inacción del Consejo de Seguridad ante los obstáculos impuestos por Rabat.
En el plano económico, Bouchraïa alertó sobre la estrategia marroquí de «ocupación económica» del Sáhara Occidental, en particular mediante la explotación de los recursos naturales y la colonización demográfica. Condenó la complicidad de ciertos actores económicos europeos e israelíes, afirmando que «las compañías aéreas como Ryanair y Transavia, que operan vuelos a Dajla, actúan en violación del derecho internacional».
Añadió que estas empresas «están ahora en la mira de la acción legal y judicial del Frente Polisario», porque «el Sáhara Occidental es un territorio no autónomo, distinto de Marruecos, reconocido por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea». Estas iniciativas económicas son, según él, «un intento de consolidar la ocupación marroquí mediante hechos consumados», pero «es una apuesta condenada al fracaso».
Dicho esto, respecto al papel de la ONU, Bouchraïa insistió en «la necesidad de un rápido relanzamiento del proceso político dentro del marco jurídico establecido», recordando que la misión MINURSO «es una de las pocas misiones de la ONU que no tiene un mandato de vigilancia de los derechos humanos», lo que constituye «una anomalía».
También mencionó las alianzas políticas internacionales, en particular «el apoyo de Marruecos a Israel y los Acuerdos de Abraham», que han reforzado la posición de Marruecos en el Consejo de Seguridad, pero que no modifican la legitimidad jurídica del Frente Polisario.
Por último, Bouchraïa reafirmó que el Frente Polisario sigue «dispuesto a contribuir a las negociaciones directas con Marruecos», pero sólo «en el marco del derecho internacional» y con «el objetivo no negociable de la autodeterminación del pueblo saharaui».
Concluyó subrayando que «la comunidad internacional debe actuar con determinación para poner fin a una ocupación ilegal que dura desde 1975» y garantizar al Sáhara Occidental un estatuto conforme con los principios de descolonización y justicia internacional.
Y. Y.