«Creo que este asunto del Sáhara es como un susurro de viento en el corazón de muchas personas, que supera el limitado y limitante eje unilineal izquierda-derecha, para desembarcar en la playa del humanismo. Y hoy hace falta audacia, lucidez y templanza, por todas las partes implicadas. Hoy las victorias suelen ser ganar el relato»
Los Acuerdos de Madrid de 14 de noviembre de 1975, con el dictador Franco moribundo, se hicieron para repartir el botín del Sáhara a Marruecos y Mauritania, cediendo el casi-rey (entonces) Juan Carlos de Borbón a los intereses norteamericanos para mejorar sus posiciones futuras.
Lo cierto y verdad es que ya son muchos años, muchas generaciones de ‘paciencia infinita’ por parte saharaui ante la no concreción del prometido referéndum de autodeterminación, que por otra parte venía siendo alentado por la ONU en ¡¡¡1967!!!, como parte de un proceso de descolonización… ante España.
Guerguerat ha sido el detonante de una previsible ‘explosión contenida en el tiempo’. Es el principal puesto fronterizo que conecta el Sáhara Occidental con Mauritania. (…)
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