Leyendo el artículo de opinión de los periodistas Sara S. Bas y Francisco Carrión en el diario digital El Independiente, “Fuera periodistas; bienvenidos influencers españoles”, la sensación de profunda indignación me asola. Inmoralidad aliñada con dosis de ignorancia.
Vuelos ilegales, cruzando los cielos en rutas ilegales, aterrizando en territorios ilegalmente ocupados, y todo ello amenizado por el invasor
Ensalada suculenta de inmoralidades y de ilegalidades… vuelos ilegales, cruzando los cielos en rutas ilegales, aterrizando en territorios ilegalmente ocupados, y todo ello amenizado por el invasor. “¡Bienvenidos!” Reza un cartel a su llegada… “colaboren con nosotros a legitimar la ocupación del territorio”. La receta perfecta.
Palestina y Sáhara Occidental, dos pueblos con un mismo objetivo, recuperar su territorio. Poder ser, algún día, un Estado independiente y ser reconocidos internacionalmente como lo que son, naciones que luchan por lo que les pertenece y les ha sido arrebatado. Los que hemos tenido la suerte de nacer en un Estado que no está ocupado, que no ha sido vilmente invadido, que grita pidiendo ayuda al resto de las naciones y sólo resuenan en sus oídos ecos de un silencio, eterno y vacío, no podemos comprenderlo. Los que hayan tenido la suerte de nacer en un Estado cuya población no haya sido expulsada, perseguida, torturada, asesinada, bombardeada y masacrada, no pueden comprenderlo. Pero no podemos ignorarlo.
Los asentamientos vacacionales, resorts, en el Sáhara o en Palestina, además de inmorales e indignos, son ilegales
Los asentamientos vacacionales, resorts, en el Sáhara o en Palestina, además de inmorales e indignos, son ilegales, y así resultan de todas las Resoluciones de Naciones Unidas dictadas tanto sobre la ocupación de Palestina, como sobre la ocupación y situación política del Sáhara y de su derecho a la autodeterminación, y lo confirman las sentencias recientemente dictadas por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea de 4 de octubre, que confirmaron que el Sáhara Occidental es un territorio no autónomo independiente de Marruecos, y cuyos acuerdos comerciales con la Unión Europea son absolutamente nulos, mal que le pese al ocupante y pretenda mover cielo y tierra para declararlas nulas.
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