La soberanía territorial del Sáhara es el termómetro que mide las relaciones de Marruecos con otros países. Para el rey Mohamed VI es una cuestión prioritaria. El gobierno de Sánchez, el que más se acerca a las tesis marroquíes en toda la Unión Europea en la cuestión del Sáhara, tras el giro expresado en la carta conocida el 18 de marzo de 2022, se ha convertido en el gran defensor de la causa de Mohamed VI en Bruselas y Estrasburgo. Es lo que explica que su partido, el PSOE, vote en contra de una resolución del Parlamento Europeo denunciando los abusos contra la libertad de prensa en Marruecos o que no acuda a la Comisión Europea para que se respete a Ceuta y Melilla como frontera comunitaria.

Marruecos confía en que el gobierno de España, que ejerce la Presidencia rotatoria del Consejo Europeo en el segundo semestre del año, avale sus tesis en todos los ámbitos. Uno de los retos será buscar una salida en el contencioso judicial sobre los acuerdos pesquero y agrícola, a propósito precisamente del Sáhara Occidental. Salvo sorpresas, se confirmará la nulidad de los acuerdos. Será un escollo muy complicado para Madrid, beneficiada por el actual acuerdo, y para Rabat.

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