Uno de los grandes objetivos del programa, que además cuenta con tratamiento sanitario, es sacar a los niños de las duras condiciones en que se vive en los campos de refugiados en verano, en que las condiciones climatológicas son extremadamente duras, con temperaturas que pueden alcanzar los 50 grados, y donde el agua escasea.

Las familias menorquinas que quieran acoger niños deben cumplir con una serie de requisitos, como tener una situación social y económica estable y una vivienda adecuada para ofrecer a los niños la posibilidad de disfrutar del verano como cualquier otro niño. El proyecto asume el coste del vuelo del niño, las revisiones médicas, del dentista y del oculista y otra serie de actividades; la familia que acoge al niño deberá costear comida, ropa y actividades que se desarrollen de modo privado.

El pasado verano de 2024, dos niños saharauis fueron acogidos en la Isla, del total de 31 que radicaron en Balears. Las familias interesadas deben mantener una entrevista con el trabajador social o sicólogo del proyecto para ser informada y a su vez se decidirá sobre su idoneidad para acoger al niño.