Cerca de una treintena de saharauis solicitantes de protección internacional y procedentes de los territorios del Sáhara Occidental ocupados por Marruecos se han declarado en huelga de hambre en el aeropuerto madrileño de Barajas ante las repetidas denegaciones despachadas por el Ministerio del Interior en lo que consideran un rechazo colectivo y automático que ignora las razones de su salida de la ex colonia española y el riesgo cierto de sufrir represalias y atentados contra su integridad física si son deportados.

Fuentes conocedoras han informado a El Independiente que son al menos 29 las personas de origen saharaui que se han sumado a la huelga. 26 se encuentran en la sala de inadmitidos de la Terminal 1 y el resto en la de la T4. Denuncian, además, las condiciones de nula higiene, hacinamiento y salubridad de unas instalaciones en las que se han registrado en los últimos días casos de chinches y donde la comida es enlatada o a base de bocadillos fríos.

En el documento por escrito en el que explican las motivaciones para la huelga de hambre y que ha sido remitido a las autoridades, se exige que el departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska tenga en cuenta sus testimonios; se valoren las pruebas que aportan en los expedientes y, en base a ellas y la persecución que sufren por el régimen marroquí, les sea autorizada la entrada y la admisión a trámite de la solicitud de protección internacional. En las últimas semanas decenas de saharauis han llegado a Barajas. Algunos han pasado semanas retenidos en sus instalaciones y, tras la denegación de entrada, han sido expulsados y deportados a Marruecos. Interior ha ignorado, asimismo, la recomendación del Defensor del Pueblo de no asignar traductores de origen marroquí y en dariya -dialecto árabe hablado en Marruecos- a los solicitantes saharauis, que emplean el dialecto hasanía y por la razón obvia del conflicto que enfrenta a ambos países.

Denegaciones basadas en «calcos»

Sus equipos legales denuncian, además, que las respuestas de Interior para rechazar la admisión a trámite de los expedientes son “calcos” y que no están entrando a valorar las condiciones particulares de cada uno de los solicitantes así como las pruebas aportadas de su activismo en los territorios ocupados del Sáhara Occidental y sus arrestos previos por parte de la policía marroquí. De hecho, dos jóvenes tienen ya asignado vuelo de expulsión para este domingo y otros casos, que suman varias denegaciones, podrían correr la misma suerte en breve.

La vía judicial también está rechazando las solicitudes. El jueves la Audiencia Nacional denegó la cautelarísima a Hammou Ali, el joven saharaui sordo y enfermo de cáncer de 30 años que había solicitado protección internacional tras aterrizar en el aeropuerto madrileño de Barajas. Ali procede de los territorios del Sáhara Occidental ocupados por Marruecos y existe el riesgo cierto de que sufra represalias si regresa por su condición de activista y por haber protagonizado y participado en protestas en la ex provincia española. Su expulsión es cuestión de días,

Riesgo de deportación inminente

Otro de los casos sobre el que pesa el riesgo de deportación es el de Rbab al Tarad Yahi, de 27 años, su marido y su hija de año y medio a los que se ha denegado la protección internacional a pesar de que parte de su familia se halla asilada en Francia.
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