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Sahara y Marruecos
Fátima es una activista saharaui que también contó qué está ocurriendo: «España sigue siendo quien tiene poder administrativo. Cuando decidió por su cuenta salir del Sáhara sin descolonizar, nos dejó tirados y abandonados«.
Ella nació y creció en los campamentos de refugiados de Tinduff. Allí viven 200.000 refugiados. Menos de un millón viven en las tierras saharauis, una porción de África tomada por militares marroquíes. «Hay más militares en el Sáhara ocupado que civiles saharauis. Sales de tu casa a comprar y puede que no vuelvas».
Fátima explica: «Hemos montado un estado en el exilio, aunque es el jardín del diablo donde está el campamento de refugiados». Una zona en pleno desierto donde apenas tienen agua potable y donde las temperaturas son cada vez más extremas.
La situación en el Sáhara es cada vez más complicada para los saharauis. Desde 2014 Marruecos no ha permitido ninguna visita internacional. Fátima también lamenta que nunca se mencione la explotación de los recursos naturales saharauis ni tampoco se mencione la situación del Sáhara.
E insisten en que al poder y a las grandes potencias no les interesa hablar del Sáhara. EEUU y Francia silencian este asunto, y Marruecos insiste en que es un «asunto interno». Pero los saharauis denuncian continuos ataques por las fuerzas marroquíes. Además, aseguran que «Marruecos está jugando muy bien, porque usan la educación contra los activistas».
Así, bajo la política de hechos consumados, Marruecos sigue explotando esta zona, ya anexionada en la práctica a su país. Una zona rica en minerales y en el océano.
Origen: «Estamos en una cola para la muerte y cada uno espera su turno»