Desde que se reanudó el conflicto en 2020, las autoridades de ocupación marroquíes han aumentado la violencia y las detenciones. Lo confirman las limitaciones a los desplazamientos de una ciudad a otra, a la salida de los territorios ocupados, o la prohibición de entrada a organismos internacionales con el objetivo de «ocultar» lo que ocurre en el Sáhara Occidental. Rabat detiene, reprime y utiliza la violencia contra cualquier forma de disidencia. Los activistas se ven obligados a permanecer en sus casas sin poder salir, en mi caso durante casi dos años.

La represión ha llegado a tal punto que a los saharauis les quedan dos opciones: protestar con riesgo de ser encarcelados, o escapar con medios improvisados ​​hacia Canarias y jugarse la vida en el mar. ¿Y la situación de los presos políticos saharauis recluidos en las cárceles marroquíes?

Ni siquiera es posible determinar el número exacto de presos políticos saharauis, debido al completo silencio por parte de las autoridades marroquíes, pero estamos hablando de al menos 45 presos condenados, además de otros activistas detenidos sin condena o bajo arresto domiciliario forzoso.

Por lo que sabemos la situación es terrible, sin el más mínimo respeto a los derechos humanos fundamentales. La mayoría de los presos políticos estaban encarcelados a más de mil kilómetros de los territorios ocupados, sin posibilidad de recibir visitas de familiares o abogados. También contamos con numerosos testimonios de torturas físicas y psicológicas, el uso del régimen de aislamiento durante varios meses consecutivos o la denegación de tratamiento a los enfermos.

Por eso hice un llamamiento a la comunidad internacional para que viniera y verificara sus condiciones. En particular, no se sabe nada de los presos condenados a cadena perpetua, ni siquiera si están vivos.

¿Cuál es el papel de las mujeres en la resistencia a la ocupación?

Desde 1973, nacimiento del Frente Polisario, el papel de la mujer siempre ha sido fundamental en la resistencia a la ocupación. Incluso hoy, a pesar del brutal clima de represión, son las mujeres las que salen a las calles, siendo golpeadas, violadas y arrestadas. Esto es lo que me pasó a mí, pero lamentablemente sucede todos los días en los territorios ocupados. Las mujeres somos el símbolo de la resistencia que continuará, a pesar de todo, hasta la liberación de nuestras tierras.

Hay dos almas por la liberación del Sáhara Occidental: una pacifista por una solución diplomática al conflicto y otra partidaria de la lucha armada. ¿Cuál es la más practicable y útil para la causa saharaui?

Nosotros, los activistas, pedimos la paz y abrazamos también a nuestros hermanos marroquíes, también reprimidos y explotados por el gobierno de Rabat, como los periodistas (Omar Radi, ed.) o los militantes del movimiento de protesta del Rif. Nuestro papel, de hecho, sigue siendo el de de defender el respeto de los derechos humanos de todos los oprimidos.

Sin embargo, apoyamos y apoyamos la decisión del Polisario de querer defender a su pueblo con la reanudación de la lucha armada de liberación. Para todo el pueblo saharaui la solución existe y está establecida desde hace décadas por la ONU: un referéndum de autodeterminación que establezca la independencia de nuestro pueblo. Ésta sigue siendo la única solución para nosotros.