En España y en buena parte de Europa, el invierno suele coincidir con una bajada del ritmo informativo. Pero en el Sáhara Occidental ese silencio no es estacional ni inocente: es estructural. Cuando desaparecen los titulares, no se detiene la ocupación, no cesa la represión ni se interrumpe el expolio. Simplemente, dejan de contarse. Y...
