«En mi infancia era una persona realmente pacífica», recuerda Tecber Ahmed Saleh. «Pensaba que el campo de refugiados era el mundo para mí».
Los campamentos de refugiados saharauis, albergan a más de 170,000 personas.
Aunque la vida en los campamentos de refugiados saharauis, uno de los más grandes del mundo con 170,000 habitantes, es dura, había una rica cultura de valoración a la educación que ha distinguido el Sáhara Occidental de todos los países de la región.
El Frente Polisario ha logrado conseguir una de los tasas de analfabetismo más bajas en toda África y en poco tiempo. «Estaba integrado en nuestra mente que la educación era la clave de todo».
“Salí de casa cuando tenía apenas once años dejando una familia atrás y de repente volví a casa una adulta, responsable y con educación”. En los campamentos de refugiados no hay educación secundaria, por lo que los niños son enviados a Argelia, como lo hizo Tecber, Libia, Cuba y a España – para terminar su educación. «No te puedes imaginar lo difícil que es salir de tu casa; de repente estás en otro lugar con otra gente, y todavía eres un niño», recalcó Tecber.
«En la escuela secundaria», recuerda Tecber, «fui una de las más afortunadas» cuando fue seleccionada para una beca en Noruega, añade. «Me ha abierto los ojos, porque he experimentado diferentes culturas, diferentes orígenes y diferentes conflictos», refiriéndose a sus compañeros de clase de Palestina y el Tíbet.
Después de haber realizado estudios de biología en los EE. UU y luego haber obtenido una Maestría en Ciencias de Laboratorio Clínico en Barcelona, Tecber ha regresado a los campamentos para contribuir al bienestar de su tierra natal. Desde entonces, comenzó a trabajar con el Ministerio de Salud del Sáhara Occidental, realizando investigaciones sobre la desnutrición que sufren muchos refugiados. «Descubrimos que la dieta que han proporcionado los refugiados no es suficiente para los estándares humanos», afirmó Tecber.
Durante cuatro décadas, la comunidad internacional no ha otorgado el derecho a la autodeterminación a la última colonia de África. Contra las armas de los militares marroquíes, la causa saharaui parece débil, contra el poder de las superpotencias parece pequeña, pero con su recurso natural más valioso, el intelecto, están construyendo las bases de un futuro Sáhara Occidental Libre. En el Sahara, concluye Tecber: “tratamos de hacer algo con esta vida para nosotros, creo que la educación es la clave de nuestra lucha».