Olvidar siempre representa el lado fracasado de un individuo o una sociedad, y olvidar los dramas que generan nuestros actos, expresa nuestra mezquindad y cobardía como individuos y como colectivo.
Dicen que nuestro subconsciente siempre nos acaba traicionando, sin embargo, es muy difícil ajustar esta expresión popular, referida a los sentimientos individuales, a la memoria colectiva de un pueblo o una nación.
La omisión, olvidó o error humano, a la hora de llamar por su nombre a la Diputada de origen Saharaui, Tesh Sidi en el Parlamento español, el día de la Constitución de las cortes españolas. Es en realidad la manifestación de un fracaso de una sociedad en un acto determinado; el abandono del Sahara Occidental.
El olvido de los olvidados , valga la redundancia, o la reincidencia en el fracaso. Es la expresión de un resentimiento de culpa español, manifestado a través del subconsciente de una o varias personas.
Aunque lo anterior parezca un análisis de Freud, no deja de ser un reflejo de lo que sucedió el jueves día 17 en el Parlamento español. De los 350 Diputado/as españoles, da la enorme casualidad, que la diputada que se encargó de la lectura de los nombre de todos los diputado/as, se saltó, el nombre de la única diputada, que ya viene marcada por los avatares y estigmas de la vergonzosa y humillante historia reciente de España.
Aunque la omisión del nombre de Tesh (tan sólo tiene cuatro letras) fuese una casualidad o un error humano, ese intento voluntario o involuntario de invisibilizarla, no deja de ser una retentiva a la clase política española, recordándole aquella cicatriz, que 50 años después sigue supurando y que Tesh llega al Parlamento español para reclamar justicia y la cura de esas herida provocadas por el abandono español .
La casualidad, el azar o alguna energía, quiso que esa llamada de atención, a la _crème de la crème_ de la política española, fuese en la casa de la soberanía de los pueblos de España y justo el día de constitución de los resultado que emanan de la voluntad de esos mismos pueblo.
La vida acaba siempre, poniendo a los negligentes, irresponsables y desleales ante el espejo de su propia historia. Unas veces para recordarles sus malos actos y otras para ofrecerles la oportunidad de enmendar sus errores o los de sus antecesores.
Posiblemente, la mitad de los diputados presentes en el hemiciclo, en el momento en que Tech reclamó ser visible; no sepan de misa la mitad y hasta es posible que muchos de ellos desconozcan los pormenores de un conflicto originado por el tardofranquismo y del que España sigue siendo el primer responsable.
Pero curiosamente, ese olvidó, tanto si es deliberado o no, convirtió a la olvidada y a su abandonado pueblo, en la noticia del día y de paso sirvió como el chivato avisador, a todas las conciencias españolas de su responsabilidad en el sufrimiento del pueblo Saharaui.
Origen: Tesh Sidi: El olvidó de los invisibles. Por Mah Iahdih Nan