TOMADO DE Tribuna abierta
Por Iñigo Bullain
SU pasividad durante años en la guerra de Bosnia, o su connivencia en las de Libia, Siria o Yemen, resultan contradictorias con semejantes proclamas. Esa bipolaridad también se refleja en su actitud ante los conflictos que padecen Palestina y el Sahara Occidental. La mala conciencia europea, que permaneció inerme o colaboró con el genocidio judío, ha favorecido la posterior barbarie israelí. Como declaraba recientemente la joven palestina Ahed Tamimi, encarcelada por abofetear a un soldado israelí: “Palestina está pagando el precio del Holocausto”.
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