LECTURA DEL ARTÍCULO DE WILLY MEYER EN MUNDO OBRERO: Trump desaparecerá, pero el derecho el pueblo saharaui permanecerá

A medio siglo de la ocupación marroquí del Sáhara Occidental, el debate internacional vuelve a llenarse de maniobras diplomáticas, resoluciones ambiguas y presiones geopolíticas. Este artículo recuerda que, por encima del ruido político, persiste un principio inalterable: el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación, fundamento de toda solución justa y conforme al derecho internacional.

A cincuenta años de la ocupación marroquí del Sáhara Occidental y en plena reconfiguración del escenario internacional tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, el artículo de Willy Meyer recuerda lo esencial: los actores coyunturales —gobiernos, presidentes, equilibrios diplomáticos— cambian, pero el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación permanece intacto. Frente a las maniobras políticas, los vetos en el Consejo de Seguridad y las resoluciones ambiguas, el marco jurídico internacional sigue siendo inequívoco: el Sáhara Occidental es un territorio no autónomo pendiente de descolonización, y solo un referéndum libre y democrático puede poner fin a medio siglo de ocupación ilegal. Este recordatorio es especialmente necesario en un momento en el que las grandes potencias intentan imponer soluciones ajenas a la legalidad y contrarias a la voluntad del pueblo saharaui.

El texto subraya, además, la enorme brecha entre las presiones geopolíticas y la realidad humana de un pueblo que lleva cinco décadas resistiendo violaciones sistemáticas de derechos humanos, desapariciones, torturas y represión. Mientras Estados Unidos impulsa resoluciones que priorizan los intereses de la fuerza ocupante y España sigue negándose a asumir su responsabilidad como potencia administradora, el pueblo saharaui continúa sosteniéndose en una fuerza que nadie puede arrebatarle: su derecho inalienable a decidir su propio futuro. El artículo de Meyer sitúa este principio en el centro del debate, recordando que, más allá de los cálculos diplomáticos, la lucha saharaui se inscribe en la misma tradición universal que ha guiado todos los procesos de descolonización legítimos.

Cincuenta años después, todo ha cambiado salvo lo esencial: el pueblo saharaui continúa reclamando el derecho que la comunidad internacional reconoce y que Marruecos niega. Ni los giros diplomáticos, ni las resoluciones insuficientes, ni los intereses de las potencias podrán borrar ese principio. La lucha saharaui —jurídica, política y humana— sigue siendo una causa de dignidad universal. Y mientras persista la ocupación, seguirá también la solidaridad activa de quienes no renuncian a un futuro libre para el Sáhara Occidental.

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