[El pasado 10 de marzo tuvo lugar en Madrid la presentación del libro “En defensa de la causa saharaui. Testimonios de denuncia, resistencia y solidaridad”. El acto se celebró en la Biblioteca Pública Municipal “Iván de Vargas”. Además del autor, intervinieron el Representante del Frente Polisario en España, Abdulah Arabi, y el Profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Complutense de Madrid, Isaías Barreñada. Las líneas que siguen recogen la intervención del autor en dicho acto de presentación del libro.]

En defensa de la causa saharaui es una recopilación de buena parte de los artículos que he venido publicando desde hace 17 años sobre el Sáhara Occidental y la lucha del pueblo saharaui. Me pareció pertinente titularlo así, porque el Pueblo Saharaui ha sido y sigue siendo objeto de constantes ataques por los gobernantes marroquíes (y no sólo), que pretenden negar sus derechos inalienables, su existencia como pueblo y su identidad nacional, y tratan de denigrar la justa causa de ese pueblo hermano y, en particular, el liderazgo del Frente POLISARIO (Frente Popular para la Liberación de Saguía el Hamra y Río de Oro), Movimiento de liberación nacional del Sáhara Occidental y legítimo representante del pueblo saharaui, reconocido así por la ONU, y que  nació como respuesta a una larga historia  de resistencia contra el colonialismo y la dominación extranjera.

Incluyo también en el libro algunos escritos —como cartas al director, a periodistas y académicos, a diputados y senadores, eurodiputados, a los miembros del Consejo de Seguridad, al Enviado Personal del secretario general de la ONU, etcétera—, algunos de los cuales no habían sido publicados con anterioridad, pero ayudan a comprender el contexto en el que he trabajado y las personas e instituciones con las que, de una u otra forma, me he relacionado.

Tal como reza el subtítulo del libro, los trabajos aquí reunidos —más de un centenar— constituyen un conjunto de testimonios de denuncia, resistencia y solidaridad en apoyo de la causa saharaui. testimonios a veces muy personales, como sucede con algunas cartas aquí incluidas y que he querido hacer públicas, precisamente para contrarrestar el silencio y el ninguneo a los que se ha sometido a la causa saharaui.

Me interesaba que estos testimonios no se perdieran como meros escritos efímeros, sin posibilidad de localizarlos o recuperarlos. Por el contrario, quiero que se conserven bajo el formato de libro, para que cualquier persona interesada pueda documentarse y utilizarlos para desmontar la propaganda, las falacias y la constante intoxicación del régimen alauita de ocupación y sus corifeos.

Es un libro político, beligerante, y pensado para apoyar la lucha del Pueblo Saharaui por su libertad. Y eso lo he querido dejar bien claro desde la Portada misma, bien explícita, en la que aparece el autor del libro ante el Ministerio de Exteriores en Madrid con una pancarta que dice “¡Fuera Marruecos del Sáhara Occidental!”

En la génesis del libro tuvieron que ver algunos antecedentes, motivaciones Y experiencias personales, como mi juventud en el Sáhara colonial y mi viaje, muchos años después a los Campamentos de Refugiados en Tinduf.

En efecto, como hijo de militar, viví, junto a toda la familia, en el entonces Sáhara Español / Provincia 53, en la década de 1960, cuando todavía no había aflorado públicamente la conciencia nacionalista saharaui. Muchos años después, viajé a los campamentos de refugiados en el invierno de 2007-2008, después de haber publicado mi primer artículo sobre el Sáhara Occidental. Esa visita a los Campamentos fue una experiencia impactante e imborrable que me dejó traumatizado, y hasta diría que esquizofrénico al menos durante todo un año, porque allí pude comprender, con toda crudeza,la grave responsabilidad de España(y, por supuesto, de Marruecos, Estados Unidos y Francia) en la calamitosa situación en que se había dejado a la población saharaui, a un lado y a otro del Muro de la Vergüenza, que parte y divide en dos la población y el territorio.

Teniendo en cuenta esos antecedentes personales, el libro comienza en el año 2007, con el primer artículo, titulado “La legalidad internacional no es una utopía”, con el cual pretendía —¡ingenuo de mí! — iniciar un debate sobre la causa saharaui en el diario El País (debate que este diario, finalmente, no quiso propiciar). Marruecos y el POLISARIO habían presentado sus respectivos planes para el Sáhara Occidental, a petición del Consejo de Seguridad de la ONU, y en ese artículo yo refutaba los pretendidos argumentos de Marruecos para imponer su plan de autonomía (una autonomía sui géneris y limitada en lo fundamental), eliminando el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui y contraviniendo así la legalidad internacional y toda la doctrina de la descolonización.

Después de ese primer artículo, el libro continúa, después, hasta marzo de 2024,con los demás trabajos, por orden cronológico de publicación; y se cierra con una serie de ilustrativos mapas, casi una veintena, algunos de ellos absolutamente novedosos, obtenidos de la web del Centro de Estudios sobre el Sáhara Occidental (CESO) de la Universidad de Santiago de Compostela, probablemente el mejor centro académico de documentación del mundo sobre el territorio no autónomo del Sáhara Occidental, dirigido por el catedrático de Derecho Constitucional Carlos Ruiz Miguel.

Aunque los textos siguen el orden de su fecha de publicación, pueden ser abordados en el orden que cada lector desee. Eso no es problema. Y el abanico de temas que abarca el periodo de tiempo contemplado, desde 2007 hasta hoy, es muy amplio, por lo que señalo solo, a título de ejemplo, algunos de los temas indicados en el Índice del libro, como son los siguientes (en términos generales):

la refutación de las pretensiones alauitas, el expolio de los recursos naturales del Sáhara Occidental, la realización de actividades ilegales en ciudades saharauis ocupadas, las andanzas del lobby promarroquí español, la falsa alarma terrorista del Gobierno español en los campamentos de refugiados, las traiciones de los socialistas españoles, las artimañas contra Aminetu Haidar, los defectos de la sedicente política exterior feminista, los olvidos y olvidados de nuestra modélica transición y de la Ley de Memoria Democrática, los chantajes de los gobernantes marroquíes, el incumplimiento de las resoluciones de la ONU, las carencias de la MINURSO, el ninguneo de la jurisprudencia del TJUE, la desinformación sobre la causa saharaui, la inexistencia de una Cátedra universitaria sobre el Sáhara Occidental, las argucias y silencios de la prensa, el papel de Estados Unidos y la complicidad de Francia, el silencio ‘progresista’ ante los desmanes de las fuerzas de ocupación contra Sultana Jaya, (y también, aunque de pasada, el maltrato a Jadiyetu  El Mohtar en Perú), el acoso judicial marroquí contra el periodista Ignacio Cembrero, el regalo del Mundial de Futbol 2030 a Marruecos, el silencio cómplice sobre el Sáhara Occidental, el recuerdo de algunos dirigentes saharauis que se han ido (Mohamed Abdelaziz, Ahmed Bujari, Mahmed Jaddad, y también el querido coronel Javier Perote), el criminal abandono de los presos políticos saharauis en cárceles marroquíes, el bochornoso silencio del ministro Albares y el presidente Sánchez, la ruin deportación de ciudadanos saharauis a Marruecos, denegándoles protección y asilo…

Todo ello y mucho más –(ver Índice) –completado y apoyado, en muchos casos, con abundantes notas y referencias bibliográficas, que constituyen una documentación adicional para que los lectores interesados puedan comprobar la veracidad de los textos o ampliar por sí mismos la investigación de determinados hechos o aspectos.

Pese a los obstáculos y maniobras que ha tenido que sortear, la causa saharaui se mantiene viva y con buena salud, a pesar de llevar ya medio siglo sin solucionar, sirviendo de moneda de cambio a poderosos intereses económicos y geoestratégicos foráneos, que pretenden decidir sobre el futuro del pueblo saharaui sin contar con él y suprimir su inalienable derecho a la autodeterminación.

Prueba de esa buena salud y actualidad es que cada vez se publican más trabajos, artículos y libros: como los recientes de Carlos Ruiz Miguel (El Frente Polisario), IsaíasBarreñada (Breve historia del Sáhara Occidental), Domingo Garí (Estados Unidos en la guerra del Sáhara Occidental), Lluís Rodríguez Capdevila (Una vida junto al Polisario), o este que presentamos hoy aquí. O el hecho de que hoy mismo, y a esta misma hora, se esté celebrando otro acto, también en Madrid, bajo el título “50 años de la traición a la última colonia española”, en el Teatro del Barrio, en el que intervienen tres mujeres saharauis y una española: una diputada, dos periodistas y una activista en la defensa de los DDHH.

Sobre el conflicto del Sáhara Occidental se han publicado ya numerosos trabajos; y este no pretende ser ‘uno más ‘, como podrán comprobar los propios lectores al constatar la variedad y amplitud de su contenido; y también, porque da idea –a través de las notas y referencias– de la gran cantidad de personas que están trabajando por la causa saharaui para que se haga Justicia y ese pueblo traicionado logre su ansiada libertad.

Conviene aclarar que el término “conflicto”, antes mencionado y con el que habitualmente se califica la cuestión del Sáhara Occidental (lo ha explicado perfectamente el profesor Isaías Barreñada), se utiliza frecuentemente como eufemismo para intentar blanquear la ilegal ocupación militar marroquí del territorio saharaui, en lugar de utilizar su verdadera acepción jurídica de crimen internacional. Y ese eufemismo también oculta la manifiesta incapacidad de Naciones Unidaspara cumplir y hacer cumplir sus propias resoluciones y obligar al miembro delincuente de esa Organización a respetar la legalidad internacional, en vez de consentir que esta sea violada impunemente durante casi medio siglo.

A pesar de lo mucho que se ha escrito sobre el Sáhara Occidental, muchas cuestiones relevantes solo podrán saberse cuando algunos ya no estemos y se desclasifiquen—por fin!— los documentos secretos tan celosamente guardados y ocultados —si es que no “desaparecidos”— por nuestros gobernantes y que contienen todo lo relativo a los sucedido con la Provincia 53, la guerra de Ifni-Sáhara, las operaciones Écouvillon Teide, los sucesos de Zemla, la desaparición de Bassiri,los Acuerdos de Madrid, las intrigas de Juan Carlos de Borbón, la invasión marroquí y mauritana, etcétera.

Muchos artículos rezuman vergüenza e indignación por el indecente comportamiento de los gobernantes españoles con el pueblo saharaui, desde su entrega maniatado a su peor enemigo mediante los infaustos Acuerdos Tripartitos de Madrid, pasando por la traición, primero, de Felipe González y, después, de Pedro Sánchez, hasta hoy mismo;  o utilizando el Boletín Oficial del Estado (BOE) para someterse veladamente a las pretensiones marroquíes y permanecer clamorosamente mudos una vez conseguido el ansiado sillón ministerial (en referencia al ministro de Cultura, Ernest Urtasun, por negarse a corregir el presunto “error” en un documento de su Ministerio publicado en el BOE, en el que se mencionaba la ciudad saharaui de El Aaiún como si fuera una ciudad de Marruecos).

Al tratarse de una recopilación de artículos, no es este un libro que pueda leerse de un tirón. Todo lo contrario, cada uno de los textos es un tema per se, a veces algo prolijo y reiterativo, precisamente por mi empeño en combatir o refutar falacias, falsedades o simplemente propaganda tóxica y silencios interesados.

Buena parte de los trabajos aquí recogidos están disponibles también en Internet, pero otros han desaparecido de la Red, razón de más para incluirlos en este volumen. Algunos de estos artículos sirven de complemento a otros trabajos académicos sobre la causa saharaui, más ortodoxos en su lenguaje y menos incisivos en sus denuncias o llamadas de atención, tareas estas difícilmente asumibles desde el ámbito académico y sus publicaciones, tan exigentes en sus requisitos como tardías en ver la luz y llegar a un amplio espectro de lectores con la rapidez y agilidad que requieren los acontecimientos, máxime en un tiempo en que todo sucede tan deprisa y el último acontecimiento hace desaparecer al anterior de la actualidad visible. Esta es precisamente una de las ventajas de publicar en prensa “alternativa”, que en muchas ocasiones facilita la publicación y difusión inmediata, tarea prácticamente imposible en el caso de los trabajos académicos.

Han sido muchos los medios que han publicado mis artículos (los menciono en una nota a pie de página en la página 21 de la Introducción). El hecho de que tantos medios —con frecuencia, de forma simultánea o sucesiva— acogieran la publicación de los trabajos ahora reunidos en este volumen, pone de manifiesto la popularidad de la causa saharaui y su transversalidad, a pesar de la desinformación, el ninguneo y el bloqueo informativo de que ha sido objeto.

Pueden llamar la atención mis frecuentes referencias al diario El Paíse incluso mis airadas y reiteradas quejas a su Director/a o a su Defensor/a (¿del lector o del propio diario?). Ello se debe a que ha sido mi periódico de referencia desde su fundación y del que creo tener derecho, como lector habitual, a una información adecuada y veraz (y no solo, por supuesto, en lo concerniente a la causa saharaui). Puede que me consideren un lector “recalcitrante”. Pero lo asumo de buen grado si ese es el peaje a pagar por ocuparme de defender la causa saharaui. Estoy seguro de que nuestras quejas y Cartas al Director han servido para mejorar la información y el conocimiento de la Causa Saharaui.

Es cierto que mis palabras pueden resultar a veces gruesas, exageradas o incluso ácidas, pero conviene subrayar que al pueblo saharaui no se le ha tratado precisamente con guante de seda, sino todo lo contrario. Y por eso, para que se enteren, con mi lenguaje a veces políticamente incorrecto o provocador, he pretendido llamar la atención sobre el trato tan injusto que se le ha dispensado a ese Pueblo.

Como integrante del Movimiento por los Presos Políticos Saharauis (MPPS) en cárceles marroquíes, he dedicado varios artículos a denunciar la situación de esos presos, reclamando al ministro de Exteriores, Sr. Albares, que se ocupe de protegerlos del trato vejatorio y humillante que padecen, por ser España legalmente la Potencia Administradora, y que reclame a Marruecos su liberación. El MPPS lleva ya 4 años concentrándose semanalmente a las puertas del Ministerio de Exteriores, en Madrid, sin que el titular del Departamento se haya dignado mover un solo dedo al respecto, ni haya contestado a una sola del centenar de cartas que se le han enviado y han sido presentadas en el Registro de su Ministerio, mientras esos presos son maltratados y se pudren en soledad en las mazmorras de Marruecos.

La voluntad mayoritaria del pueblo saharaui —lograr su libertad e independencia, al igual que han hecho tantos pueblos del mundo–, se ha manifestado públicamente en múltiples ocasiones, desde antes incluso del abandono de la Provincia 53 por España, como por ejemplo: en 1970, con “el Grito de Zemla” o “la masacre de Zemla”; en mayo de 1975, cuando la Misión de la ONU que visitó el entonces Sáhara Español para preparar el referéndum de autodeterminación constató que una abrumadora mayoría de la población autóctona manifestaba sus ansias de independencia y su apoyo al Frente Polisario; en 1976, con la proclamación de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD); en 1975-1991,en la guerra contra el Marruecos invasor (y hasta 1979, también contra Mauritania); en 2005, con la Intifada saharaui en las ciudades ocupadas por Marruecos; en 2010, con el levantamiento del Campamento de la Dignidad en Gdeim Izik, muy cerca del El Aaiún, la capital; en 2020, con el retorno obligado a la lucha armada contra el ocupante por la violación marroquí del acuerdo militar en Guerguerat; con las reiteradas huelgas de hambre de los presos políticos saharauis en cárceles marroquíes, su terrible último recurso, con nefastas consecuencias para su salud; e incluso todos los días mediante su heroica resistencia en las zonas ocupadas, mientras la comunidad internacional mira hacia otro lado y el presidente Pedro Sánchez materializa su incoherente y vergonzosa política de doble rasero y sumisión a las pretensiones del monarca alauita, en contra de la opinión mayoritaria del pueblo español, del Congreso de los Diputados e incluso de las bases socialistas.

La decisión personal Donald Trump (10 de enero de 2020), de reconocer la soberanía de Marruecos sobre el territorio del Sáhara Occidental (Acuerdos de Abraham) es totalmente anacrónica, máxime al pretender justificarla ante el pueblo estadounidense con el falso argumento de que Marruecos fue el primer país que reconoció la independencia de Estados Unidos. Eso es falso. Lo cierto es que en la guerra de Independencia de EEUU contra Inglaterra no hubo ningún sultán ni súbdito marroquí alguno, ni ninguna ayuda alauita. En cambio, España perdió 9.000 hombres y más de 30 barcos de guerra. El general francés, Lafayette, y el español Bernardo de Gálvez encabezaron, junto al presidente George Washington, la Parada (o desfile) de la Independencia, en honor y como reconocimiento de la valiosa ayuda prestada por esos dos países a la independencia. Hoy cuelga en el Capitolio de EEUU el retrato de Bernardo de Gálvez, como aprobaron los padres fundadores de esa nación hace ahora más de doscientos años.Y durante la presidencia de Barack Obama se le concedió al español Bernardo de Gálvez la nacionalidad honorífica norteamericana.

Contrariamente ala unilateral proclama de Trump, el dictamen de la Corte Internacional de Justicia de La Haya en 1975(¡a petición del propio Marruecos!), estableció que no había vínculos de soberanía territorial entre Marruecos y el Sáhara Occidental y que nada impedía realizar un referéndum de autodeterminación. Después, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) ha establecido reiteradamente, mediante sucesivas sentencias (en 2016, 2018, 2021, y 2024), que el Sáhara Occidental es un territorio distinto y separado de Marruecos, y ha declarado nulos los acuerdos de Pesca y Agrícola UE-Marruecos. También otros Tribunales, como los de Sudáfrica y Panamá, fallaron a favor del Pueblo Saharaui, con motivo del robo y exportación del fosfato saharaui.

Animo a todas aquellas personas que tengan algo que decir sobre la causa saharaui —en particular, los propios ciudadanos saharauis— a que se esfuercen en publicar sus propios escritos, denuncias y quejas. Eso es muy importante para que el mundo sepa por qué lucha ese pueblo tan ninguneado, apoye decididamente su justa causa y se obligue a los gobiernos concernidos, en particular al Gobierno español, a corregir su nefasta política y cumplir con sus obligaciones internacionales, como hizo en su momento el Gobierno portugués en el caso similar y coetáneo de Timor Oriental, invadido y ocupado por Indonesia en 1975. La experiencia de Timor Oriental podría servir de ejemplo y precedente legal para una solución digna al caso del Sáhara Occidental. Para ello, la solidaridad internacional es fundamental. Programas como “Vacaciones en Paz”, “Sáhara Maratón” “FiSahara”(Festival Internacional de cine del Sahara), la ayuda humanitaria, etcétera, son muy importantes. Pero lo que hace falta, sobre todo, es el apoyo político de los gobiernos, de los partidos y en los foros internacionales.

Seguramente me he dejado muchas cosas en el tintero, porque solo pretendía dar unas pinceladas sobre el libro. Pero creo que el lector interesado podrá encontrarlas en el mismo. Espero que esta recopilación de artículos y testimonios contribuya a que se conozcan mejor las razones de la larga lucha del pueblo saharaui por su libertad e independencia, como también la tarea que tenemos por delante los propios ciudadanos españoles. Con mis escritos no solo he pretendido dar voz a los propios saharauis desposeídos de su tierra y sus derechos, sino también, y principalmente, desenmascarar a los responsables de la situación y exigir a nuestros gobernantes que cumplan con sus obligaciones, se pongan del lado de la Justicia y defiendan los derechos de un pueblo al que jamás debieron abandonar y con el que han contraído una inmensa deuda.

Pero el trabajo no termina aquí, con esta Presentación: cada uno de nosotros, según sus condiciones y su grado de concienciación, debe plantearse cómo continuar cada día difundiendo y apoyando la justa causa saharaui e interpelando a políticos y gobernantes. Y éste es un aspecto que quiero recalcar: los saharauis llevan décadas luchando contra el invasor, bajo la dirección del Frente POLISARIO; pero a nosotros, españoles, nos compete acompañarlos en esa lucha, no dejarlos solos, difundir su causa y exigir a nuestros gobernantes que –como antigua potencia colonial y actualmente como potencia administradora de iure y como herederos de los ilegales Acuerdos Tripartitos de Madrid de 1975–asuman como propia la causa saharaui y la defiendan por doquier, muy especialmente en la ONU y en los foros internacionales.

Ese es nuestro papel, creo yo, en lugar de limitarnos a preguntar, como hacen muchas personas: “Y los saharauis, ¿qué hacen?”, “¿Qué hace el Frente POLISARIO?”, como si el asunto solo les incumbiera a ellos y no, también, a nosotros. Porque ellos, los saharauis, tienen su papel, allí, en su tierra usurpada y en la diplomacia internacional, frente al Muro de la Vergüenza y frente al ocupante marroquí, actualmente afrontando una costosísima guerra de desgaste silenciada e impuesta por Marruecos. Pero nosotros, por nuestra parte, tenemos nuestra propia responsabilidad y nuestra tarea aquí, frente a nuestros gobernantes en primer lugar, pero también difundiendo esta causa en el ámbito internacional, siendo parte activa, cada día, en la lucha contra la erradicación del colonialismo en la última colonia de África.

Porque el Sáhara no es una herencia franquista (ya antes de la Conferencia de Berlín de 1884-1885 estaban los españoles allí). Lo que sí es una herencia franquista, del último Gobierno de la dictadura franquista, son los Acuerdos Tripartitos firmados en Madrid –en el Palacio de la Zarzuela y en presencia de Juan Carlos de Borbón– el 14 de noviembre de 1975 por el “carnicero de Málaga”, el presidente del Gobierno Carlos Arias Navarro.

Y no es algo menor nuestra responsabilidad y la importancia y envergadura de nuestra tarea. Hay que concienciar de ello a muchas personas que creen que éste es un problema ajeno a ellos y que, en muchos casos, todavía tienen una mentalidad colonialista, paternalista, de superioridad y de desprecio hacia una población autóctona que consintió, que permitió, que acordó la presencia de España a cambio de una promesa de protección frente a otras potencias, promesa que finalmente España no cumplió. Y esto, creo que es muy importante. La gente debe saber que España se asentó en el territorio saharaui no mediante una invasión armada, como ha hecho Marruecos desde 1975, sino mediante unos acuerdos con las tribus saharauis, propietarias de aquella tierra. España no tuvo que acordar nada con el sultán de Marruecos, porque la soberanía territorial de éste sólo llegaba hasta el río Dráa, ¡y gracias!, como el propio sultán se encargaría de confirmar al Foreign Office británico en el asunto del británico Donald Mackenzie. Y aun así, con dificultades para mantener su autoridad entre las levantiscas tribus del Sur del sultanato marroquí, entre el río Nun y el Uad Draa…

Por último, quiero dar las gracias a todos los que habéis acudidos a este acto. También, por supuesto, a quienes me han acompañado en esta Mesa, el Representante del Frente POLISARIO en España, Abdulah Arabi, y el Profesor de Relaciones Internacionales, Isaías Barreñada. A todos, muchas gracias por vuestra presencia, por vuestro tiempo y vuestro interés. Gracias por escucharnos y muchas gracias por haber aguantado mi perorata.

¡VÍVA EL PUEBLO SAHARAUI!

Luis Portillo Pasqual de Riquelme es doctor en Ciencias Económicas, miembro del Centro de Estudios sobre el Sáhara Occidental (CESO) de la Universidad de Santiago de Compostela y autor de En defensa de la Causa Saharaui. Testimonios de denuncia, resistencia y solidaridad (Círculo Rojo. Octubre 2024).