
Los manifestantes levantaron consignas de condena a la película, dirigida por el británico Christopher Nolan, que viola el derecho internacional y la soberanía del Estado saharaui.
La protesta se realizó para expresar el rechazo absoluto a todas las formas de explotación del séptimo arte como herramienta de propaganda al servicio de agendas coloniales y para enfatizar que la creatividad cinematográfica debe ser una plataforma para la verdad y el apoyo a los pueblos oprimidos, no un escenario para legitimar la ocupación y violar la soberanía de las naciones filmando escenas en un territorio colonizado.
La controvertida película ignora las resoluciones de las Naciones Unidas y el derecho internacional al participar en proyectos expansionistas en territorios saharauis, intentando influir en la opinión pública internacional. La ocupación marroquí está incitando activamente a países, así como a organizaciones políticas, artísticas y culturales, a realizar actividades en los territorios saharauis ocupados.
Durante la protesta, los participantes levantaron pancartas denunciando la explotación del cine para manipular la opinión pública y corearon consignas en solidaridad con la lucha del pueblo saharaui, pidiendo respeto a su derecho inalienable a la autodeterminación.
Representantes de las delegaciones saharaui y argelina pronunciaron discursos en los que expresaron su más rotunda condena a la filmación de esta película en los territorios ocupados, subrayando que la historia y los hechos sobre el terreno exponen todos los intentos de engaño.
Esta protesta envía un mensaje contundente a todos aquellos que intentan utilizar las artes al servicio de la ocupación, enfatizando que la conciencia cultural y artística es parte fundamental de la lucha por la liberación. El pueblo saharaui continuará su lucha en todos los frentes —político, diplomático, mediático y cultural— hasta lograr la plena independencia.