Uruguay y la República Saharaui: Una Causa a Contracorriente, por Joaquín Andrade

Uruguay y la República Saharaui: Una Causa a Contracorriente, por Joaquín Andrade
El 1 de marzo de 2025, la asunción presidencial de Yamandú Orsi en Montevideo se convirtió en un evento de relevancia internacional debido a la presencia de varios representantes. Entre ellos, destacó la figura de un diplomático de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD). Su vestimenta tradicional no solo llamó la atención, sino que también simbolizó el apoyo continuo de Uruguay a la autodeterminación del pueblo saharaui, un conflicto que sigue sin resolución tras más de 40 años.
Uruguay ha mantenido una política exterior firme en defensa de la independencia del Sahara Occidental, a pesar de las presiones de Marruecos, que considera el territorio como parte de su soberanía. La participación de representantes saharauis en actos oficiales uruguayos, como la toma de posesión de Luis Lacalle Pou en 2020 y el reciente evento de 2025, refuerza el compromiso del país con la causa saharaui. Este gesto diplomático refleja la postura de Uruguay en la arena internacional como un defensor de los derechos humanos y la autodeterminación de los pueblos, sin ceder a presiones geopolíticas.
El Conflicto del Sahara Occidental y el Rol del Frente Polisario
La RASD, proclamada en 1976 por el Frente Polisario tras la retirada de España del Sahara Occidental, lucha por su independencia frente a Marruecos, que controla la mayor parte del territorio. Aunque la ONU ha propuesto un referéndum de autodeterminación, este aún no se ha concretado, lo que ha prolongado el conflicto. A nivel internacional, la RASD es reconocida por más de 40 países y es miembro pleno de la Unión Africana, aunque sigue sin reconocimiento de potencias como EE. UU. y la mayoría de la UE debido a la influencia marroquí.
El Frente Polisario ha liderado la resistencia contra la ocupación marroquí desde la década de 1970, primero mediante una lucha armada y luego con una estrategia diplomática centrada en la presión internacional y el reconocimiento de la RASD. En 1991, la ONU logró establecer un alto el fuego y la creación de la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sahara Occidental (MINURSO), con el objetivo de organizar una consulta sobre la independencia del territorio. Sin embargo, la falta de consenso sobre quiénes podrían votar y la negativa de Marruecos a aceptar la independencia como una opción viable han impedido la realización del referéndum.
La Posición de Uruguay ante el Conflicto
Desde 1985, Uruguay reconoce oficialmente a la RASD, alineándose con su histórica defensa de la descolonización. En la ONU, ha votado a favor de resoluciones que exigen el fin de la ocupación marroquí y la celebración de un referéndum, en consonancia con su compromiso con la paz y la justicia internacional. No obstante, esta postura también representa un desafío diplomático, pues Marruecos busca presionar a los países que apoyan a la RASD para que reconsideren su posición.
La relación de Uruguay con la RASD es un ejemplo en política exterior. Mientras Europa y otros actores internacionales manejan el tema con cautela, Uruguay ha reafirmado su apoyo a la autodeterminación saharaui, lo que lo distingue en la región y fortalece su perfil como defensor de los derechos humanos en el escenario global. Además, el respaldo uruguayo ha servido para reforzar los
lazos con otras naciones africanas que también apoyan la causa saharaui, especialmente dentro de la Unión Africana.
Impacto Geopolítico y la Presión de marroquí
Marruecos ha intensificado su estrategia diplomática para aislar a la RASD, ofreciendo incentivos económicos a países para que retiren su reconocimiento y consolidando alianzas con potencias como Francia y EE. UU. La creciente explotación de los recursos naturales del Sahara Occidental, en especial el fosfato y la pesca, ha generado mayor interés por parte de empresas internacionales, muchas de las cuales operan con concesiones marroquíes a pesar de la disputa legal sobre la soberanía del territorio.
Dentro del contexto latinoamericano, Uruguay es uno de los pocos países que mantiene una posición clara a favor de la RASD. Otros países de la región, como Argentina y Brasil, han adoptado enfoques más pragmáticos, evitando confrontaciones directas con Marruecos. Sin embargo, la postura uruguaya ha sido consistente con su tradición diplomática basada en la autodeterminación y el respeto a los principios del derecho internacional.
Perspectivas Futuras
La relación entre Uruguay y la RASD probablemente continúe en la misma línea en los próximos años, aunque podría haber un mayor acercamiento con otras naciones africanas que comparten esta postura. La llegada de Yamandú Orsi al gobierno podría reforzar esta relación, dependiendo de cómo se desarrollen las presiones internacionales. Mientras tanto, la comunidad saharaui sigue esperando una solución definitiva a su conflicto, con la esperanza de que la comunidad internacional finalmente haga valer los derechos del pueblo saharaui a la autodeterminación y la independencia.
La presencia del diplomático saharaui en la asunción de Yamandú Orsi no fue solo un acto protocolar, sino una reafirmación de la postura constante de Uruguay en relación al conflicto del Sahara Occidental. Se puede decir entonces que las relaciones entre Uruguay y la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) son una cuestión de Estado. Desde que Uruguay reconoció oficialmente a la RASD en 1985, este apoyo ha sido constante y parte fundamental de su política exterior, siempre centrada en principios de autodeterminación y derechos humanos. Esta postura ha permitido que Uruguay mantenga una posición destacada en América Latina, particularmente en el contexto de países que abogan por la justicia y la independencia de los pueblos

Origen: Uruguay y la República Saharaui: Una Causa a Contracorriente por Joaquín