Cada verano, durante varias décadas, Lanester ha abierto sus puertas a niños saharauis de los campos de refugiados cerca de Tinduf, en el suroeste de Argelia. Este año, siete niños, de unos diez años, acompañados por su supervisor, el Sr. Alien, fueron acogidos por familias Lanesterianas.
En su discurso de bienvenida, el Alcalde recordó que este compromiso se inscribe en una tradición de solidaridad internacional muy querida por el municipio:
«Esta acogida no es un capricho, es algo natural. Es algo natural, al igual que la cooperación internacional y la solidaridad son parte integral de nuestras operaciones», afirmó, antes de elogiar la labor de las asociaciones, los animadores juveniles y los funcionarios municipales.
Destacó la importancia de esta inmersión, que permite a estos jóvenes descubrir otra cultura y escapar, durante unas semanas, de la dureza de la vida en los campos de refugiados:
«Acoger significa aprender a descubrir a los demás, significa aprender a compartir».
El Sr. Mohamed Ali Zerouali, representante en Francia, elogió la coherencia y la generosidad de la ciudad de Lanester:
Este gesto va mucho más allá de una simple bienvenida veraniega: es un acto de fraternidad, un símbolo de esperanza y un mensaje contundente dirigido a estos niños y a todo un pueblo que lucha por su libertad y dignidad.
Agradeció efusivamente al municipio, a los voluntarios, a la asociación ALCCJS56 y a las familias de acogida, a quienes describió como los verdaderos pilares de este proyecto.

La ceremonia concluyó en un ambiente cordial y emotivo, demostrando una vez más la fuerza de los lazos forjados entre Lanester y el pueblo saharaui. Con este acto de solidaridad, la ciudad bretona reafirma su apoyo inquebrantable a la justa causa del pueblo del Sáhara Occidental.