CUANDO DESPERTÓ, CARLOS SEGUÍA ALLÍ
Todos los días a miles de personas amantes del pueblo saharaui, nos llega un mensaje: “No te olvides del Sáhara Occidental. Nunca, ni un solo día”. Y como hombre cabal y coherente, quien firma el mensaje, Carlos Cristóbal, lo cumple. Ni un solo día.
Carlos es casi tan viejo (por eterno) como los galabba del Tiris, o al menos para nosotros, que buscamos cada mañana ese rayo de esperanza que nos haga vislumbrar el final de este túnel de 46 años. “Cuando despertó, Carlos seguía allí.”
Y es más, mucho más. Tiene mucho amor en una jaima de Bojador, pero tiene también sus manos grabadas en los adobes de la Escuela de Cine, que podemos sospechar que no existiría si no fuera por su persistencia, su insistencia. Cuando te emociones viendo una película rodada en el Sáhara, por saharauis o por “nasara”, dedícale un latido de tu corazón a Carlos. Y si viajas allí, cuando puedas, habrá un poco del vuelo azul de su turbante, de su sonrisa plácida, de se seguridad en que “veremos el día”. Del amanecer. Y también sus manos están en ese árbol de tantas ramas que se llama Bubisher, y en quién sabe cuántos proyectos. Y en las asociaciones de su Navarra. Va a cumplir 70 muy pronto y desde aquí nos queremos adelantar: sigue, sigue, no pares. Nunca.
Origen: Bubisher CUANDO DESPERTÓ, CARLOS SEGUÍA ALLÍ