Para la mayoría, la palabra ‘saharaui’ significa ‘relativo al desierto del Sáhara’. Sin embargo, para este pueblo encierra todo un sentimiento patriótico y una idea colectiva de esperanza, de resistencia permanente pese al miedo: todo por obtener la libertad, por el derecho a decidir sobre su territorio. Los saharauis entregan su vida por la tierra prometida, un lugar que muchos de los nacidos en los campamentos ni siquiera conocen. Aún así, no pierden la esperanza. La guerra continúa hasta la victoria final.
Redacción
Madrid (ECS). – Los saharauis llevan 45 años viviendo en uno de los lugares más inhóspitos del planeta: más de cuatro décadas manteniendo viva la esperanza de volver algún día a su tierra, al Sáhara Occidental.
La ex-colonia española fue abandonada y ocupada por Marruecos ignorando las reivindicaciones de sus habitantes, el pueblo saharaui.
El Sáhara Occidental es la última colonia africana. Sus habitantes son refugiados permanentes, una contradicción en sí misma y un desafío a la política internacional.
El pueblo saharaui es víctima de la mayor barrera militar del mundo entre Estados, una de las zonas más contaminadas por minas antipersona. Sus integrantes viven en un territorio hostil, pero han convertido unos simples campamentos humanitarios en un auténtico Estado.
La República Árabe Saharaui Democrática no está reconocida de manera oficial, pero más de 80 países sí la reconocen extraoficialmente, pero no España.
La RASD celebra elecciones, tiene un Gobierno, Frente Polisario— y está estructurada en ‘wilayas’ y ‘dairas’, que son ciudades, municipios y pueblos.
A las terribles condiciones de vida se le añade el reciente estallido de la guerra. El pasado 13 de noviembre de 2020 las fuerzas de ocupación marroquíes invadieron a un territorio saharaui atacando a los civiles saharauis, inmediatamente, el Frente Polisario, tal y como advirtió días atrás, declaró el fin del acuerdo del alto el fuego.
En aquella mañana del 13 de noviembre el ejército de ocupación marroquí abrió dos brechas en el muro y salió para atacar los civiles saharauis que protestaban de forma pacífica en El Guerguerat, en respuesta a este acto y como llevaba advirtiendo varios días la RASD, el ejército saharaui intervino rápidamente en defensa de los civiles y respondió abriendo fuego y ráfagas.
Desde entonces se reportan enfrentamientos armados entre el ejército nacional saharaui y el ejército invasor marroquí, con esto, se estaría rompiendo el alto el fuego (acuerdo militar N1) firmado entre el Frente Polisario y Marruecos, dando pie a una guerra abierta.
Tanto el ministerio de exteriores marroquí como el gobierno saharaui, han confirmado estos enfrentamientos que se están produciendo ahora mismo.
Estos campamentos viven de la ayuda internacional; por lo tanto, la crisis sanitaria que asola el mundo repercute negativamente en el apoyo humanitario.
La situación es realmente preocupante. La ONU ha calificado este año como un auténtico desafío para los refugiados saharauis: las necesidades humanitarias están cifradas en más de 30 millones de euros.
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