
La desinformación e intoxicación del régimen marroquí es inversamente proporcional a su grado de satisfacción.
Mientras tanto, la derecha en España se está aprovechando de la situación para dirigir una campaña de desinformación masiva y sedición. Los nacionalistas españoles han creado especialmente cuentas en Twitter para este fin, en la que se difunden noticias falsas y no verificadas. Se trata tambiém de varios medios de comunicación de derecha que llevan todo el dís vertiendo noticias infundadas sobre la acogida del líder del Frente Polisario y una supuesta imputación en la Audiencia Nacional.
Por Lehbib Adbelhay/ECS
Madrid (ECS).- Desde que el Secretario General del Frente Polisario y presidente de la RASD, Brahim Ghali, llegó a España, los medios españoles, principalmente los de la derecha, a remolque de la propaganda marroquí, han llenado sus páginas de un cúmulo interminable de mentidas. Primero difundieron el bulo de la identidad falsa para entrar en España. Un hecho radicalmente falso. El hecho cierto es que el Secretario General del Frente Polisario ha entrado en España, como no podía ser de otra manera, con su propio pasaporte diplomático. Sin embargo, los medios de comunicación españoles; la Razón, ABC, Europa Press, El Mundo, y la propia agencia EFE, que pagan todos los españoles, todos han cacareado esa falsa noticia, manchando la reputación y profesionalidad de los cuerpos y fuerzas de seguridad españoles, para deleitar a Marruecos.
Es difícil hacerse una idea frente a la difusión masiva de noticias interesadas y de todo tipo, a favor o en contra, que han invadido el espacio mediático, casi impidiéndonos desenredar el trigo de la paja. Lo que sabemos a ciencia cierta, según fuentes fiables de la Audiencia Nacional, es una serie de detalles, piezas que hay que colocar con paciencia, poco a poco, en un gran rompecabezas para ver el conjunto de esta tragicomedia.
Todo comenzó con una emergencia. El deterioro del estado de salud del líder saharaui por COVID-19. “Estaba realmente mal tras contraer la Covid-19 y corría el riesgo de pasar de un momento a otro”, asegura una fuente de la presidencia de la RASD. Según la misma fuente, nunca se planteó la posibilidad de trasladarlo a Alemania, como reveló un medio francés cercano al régimen marroquí.
No existe orden ni citación judicial en la Audiencia Nacional
Salvo que, aparte de la reciente denuncia de un ciudadano saharaui con nacionalidad española de nombre Fadel Breika, todas las demás fueron rechazadas o archivadas por falta de argumentos. La Audiencia Nacional tuvo que hacerlo varias veces para afirmar que no existe orden de investigación contra el líder saharaui. Incluso la denuncia de ASADEH (Asociación Saharaui de Derechos Humanos), de la que habla efusivamente la prensa y el régimen marroquí, presentada en 2016, y que concernía a 28 funcionarios saharauis, incluido Brahim Ghali, fue rechazada por los tribunales españoles en octubre de 2020.
Un intento reciente de readmitirla en abril pasado, después de la hospitalización de Ghali, también fracasó. Hoy la Audiencia Nacional ha vuelto reabrir el asunto después de la crisis diplomática entre Rabat y Madrid.
Fadel Breika, un disidente saharaui que había sido encarcelado en las cárceles saharauis, enjuiciado y declarado inocente por un tribunal de la RASD. En su denuncia ante la Audiencia Nacional, Breika acusa a cinco funcionarios saharauis por su nombre de haberlo arrestado y «torturado» en los campos de refugiados saharauis en el verano de 2019.
En el pasado, Breika ya había presentado una denuncia contra otras 30 personas y fue desestimada en 2020 por el juez José de la Mata.
¿La acusación de Brahim Ghali?
Una posibilidad que no parece preocupar al Gobierno español, que parece más preocupado por las repercusiones negativas de este caso en sus relaciones con Marruecos que por el resultado de esta investigación judicial. Ya podemos adelantar una verdad que ha sido algo abusada por la prensa marroquí, y la española, pero también por medios extranjeros cercanos a Rabat.
A su entrada en España, la policía española de fronteras identificó a Brahim Ghali en el aeropuerto de Zaragoza, donde se confirmó que éste estaba en posesión de un pasaporte diplomático a su nombre y no a nombre de Mohamed Bentabouche. Este apellido había sido utilizado, según confirmaron fuentes policiales a El País, por motivos de seguridad y sólo para reservar la habitación del hospital de Logroño.
El juez de la Audiencia Nacional ha rechazado en la semana pasada adoptar medidas cautelares como la prohibición de salida del país al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, cuya entrada en España para recibir asistencia sanitaria fue el detonante una crisis con Marruecos, que ya se aquejaba de la posición de España respecto al Sáhara Occidental desde hace meses atras.
Fuentes jurídicas han informado de que el titular del juzgado central de instrucción número 5 de la Audiencia ha desestimado las medidas cautelares solicitadas contra Ghali, que se encuentra en un hospital de Logroño desde el pasado mes de abril, cuando entró en España para recibir tratamiento médico por COVID-19.
Este medio pudo confirmar de que el avión médico argelino que transportaba a Brahim Ghali aterrizó en el aeropuerto de Zaragoza. Y según el diario español El País, Ghali fue trasladado a Logroño en una ambulancia escoltada por la Guardia Civil.
Si se confirma la información del pasaporte diplomático argelino, el juez Pedraz no tendrá más remedio que dejar ir a Ghali. Todavía hay un pequeño escollo. Y no menos importante. Sobre esto último pesan tres acusaciones de Fadel Breica: «detención ilegal», «tortura» y «lesa humanidad».
Si los dos últimos términos son difíciles de probar, el primero (la detención) podría ser un poco problemático. Es la única acusación, indica una fuente de la Audiencia Nacional, lo que podría provocar que el juez desconozca su inmunidad diplomática y lo procese. Una posibilidad que no parece preocupar al Gobierno español, que parece más preocupado por las repercusiones negativas de este asunto en sus relaciones con Marruecos que por el resultado de esta investigación judicial.
Los marroquíes piden una detención inmediata del presidente saharaui, o si no una detención obligatoria en territorio español, como la del general Pinochet en Londres entre 1998 y 2000. Los saharauis están convencidos de que no lo será.