El aislamiento de España en el Consejo de la Unión | HADDAMIN MOULUD SAID,  Abogado saharaui

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El aislamiento de España en el Consejo de la Unión | HADDAMIN MOULUD SAID,  Abogado saharaui

 

España se queda sola, en el Consejo de la UE, defendiendo la idea de recurrir la Sentencia del TJUE sobre los acuerdos con Marruecos

HADDAMIN MOULUD SAIDAbogado saharaui 31/10/2021

 
El 14 de diciembre de 2011, el Parlamento Europeo fulminaba el acuerdo pesquero con Marruecos. Y, a la mañana siguiente, toda la flota que faenaba en virtud del acuerdo amaneció amarrada en los puertos. Y, mientras, el ministro español del ramo expresaba su apoyo a los pescadores españoles y se comprometía a buscar soluciones.

 

El 10 de diciembre de 2015, el TJUE anulaba los acuerdos de pesca con Marruecos. Y de nuevo, España salió en defensa de esos acuerdos. Para apoyar al Consejo en su recurso, los Gobiernos de España, Portugal, Francia, Alemania y Bélgica, se personaron en la causa. No obstante, Alemania, no participó en ninguna fase del procedimiento y Bélgica no participó en la fase oral.

Y, aunque la sentencia del 21/12/2016 anulaba la sentencia anterior de 2015 permitiendo que el acuerdo siguiera en vigor, los argumentos expuestos por el Tribunal de Justicia seguían siendo verdaderamente demoledores para las aspiraciones de ciertas capitales europeas.

En realidad, algunas capitales europeas quieren expresar, a través del acuerdo pesquero, lo que son incapaces de expresar públicamente, a través de su política exterior, con relación a la cuestión de fondo.

Para salvar los enormes obstáculos que imponía la sentencia de casación de 2016, la Comisión creyó dar con la solución incluyendo, expresamente, las aguas del Sáhara Occidental, dentro del ámbito de aplicación del acuerdo. Craso error. Una flagrante violación de los principios esenciales del derecho internacional.

Y, para dar cierta apariencia de legalidad al apaño, la Comisión recurrió a un procedimiento plagado de irregularidades administrativas y chapuzas varias. En su empeño, la Comisión, contaba con la inestimable ayuda de un Parlamento Europeo infestado de tiburones pro marroquíes.

Sin embargo, aquellos enormes obstáculos de la sentencia de 2016, se convirtieron, a media mañana del 29 de septiembre de 2021, en auténticas inexorabilidades geológicas imposibles de superar.

Y, ahora que ya estamos a punto de cumplir un mes desde el anuncio de la sentencia que anula los acuerdos con Marruecos, sólo España, se ha pronunciado a favor de la idea de recurrirla ante los tribunales. En ninguna otra capital europea se han escuchado voces como las del ministro de Pesca español, Luis Planas, ex embajador en Marruecos, por cierto.

Si algunos países europeos ya eran bastante renuentes a la idea de adoptar esos acuerdos, ahora, con la Sentencia del TJUE, no quieren sufrir más vergüenzas. De ahí que todo parece indicar que, a nivel del Consejo de la Unión, determinados países no quieren tropezar más veces con la misma piedra: el TJUE.

Y es que, si algunos países han mostrado públicamente su posición de rechazo a la infame Declaración de Donald Trump de diciembre de 2020, resulta bastante verosímil, esperar de ellos, ahora, una posición mucho más respetuosa con la legalidad internacional, en lo que respecta a la idea de recurrir una sentencia sólidamente argumentada.

Sin embargo, la España de Sánchez, inasequible al ridículo y a la vergüenza, parece empeñada en acudir, de nuevo, a los tribunales para recurrir la sentencia del 29 de septiembre.

En la literatura jurídica universal, sólo hay un caso en el que un mismo país ha acudido a los tribunales para defender una idea y para defender la contraria. España acudió a la Corte de La Haya, en 1975, y consiguió un Dictamen jurídico que, dada su sobriedad, aún hoy día sigue apareciendo en casi todos los manuales de derecho internacional. Y en 2021 quiere acudir al TJUE para defender ideas contrarias a las de aquel dictamen, quizás, para seguir apareciendo en los manuales de derecho internacional, pero por motivos bien distintos.

Para acompañar a España, el lobby marroquí en Bruselas, ha conseguido que el Parlamento Europeo organice, el día 25 de octubre, un evento, donde supuestamente se iban a abordar las consecuencias de la sentencia del 29 de septiembre pero que, en realidad, se ha convertido en una penosa campaña, para pedir al Consejo de la Unión que recurra la sentencia.

Lo que evidencia que estamos ante una campaña orquestada para pedir al Consejo que recurra la Sentencia, es el hecho de que ninguno de los eurodiputados aportó idea alguna, para el caso de que no se recurra la sentencia o, aún recurriéndola, el Tribunal vuelva a tumbar el acuerdo. El show, incluida una intervención a través del móvil y desde dentro de un coche, se ha montado para hacer llegar, al Consejo, la idea de que el Parlamento Europeo apoya la interposición de un recurso contra la citada sentencia.