El Gobierno de Pedro Sánchez se ampara en la UE para hacer frente con las primeras represalias económicas, pero Argel mantiene su idea de aumentar el precio del gas aunque garantiza su suministro. Hay un malestar entre empresas del sector energético.
¿Cómo acabará la revisión de precios del megacontrato gasista entre Naturgy y la estatal argelina Sonatrach?
Agencias | ECSAHARAUI
Madrid (ECS). – Durante los últimos 30 años, Argelia ha sido el principal suministrador fiable y serio de gas a España. Cuando Argel suspendió el 24 de agosto de 2021 sus relaciones diplomáticas con Marruecos por sus actos hostiles y cerró el suministro del Gasoducto Magreb- Europa (GME), España se quedó sin una importante fuente de suministro de gas.
Había entonces otro gasoducto, submarino, que conecta directamente los yacimientos de Beni Saf en Argelia con Almería (España). Pero en pocos meses después y tras cerrar un megacontrato de suministro de gas de 10 años a España, el presidente del gobierno de Pedro Sánchez ya negociaba con Marruecos, a espaldas del gobierno de Argelia, un acuerdo con Rabat que agita el tablero en el norte de África.
El pasado 18 de marzo las relaciones entre Argelia y España han empeorado por el injustificable giro en política exterior española hacia Marruecos en relación al Sáhara Occidental. Pedro Sánchez ha enviado una carta al rey de Marruecos diciéndole que “debemos construir una buena relación que evite las futuras crisis”. En detrimento de Argelia, el pueblo saharaui y sus socios en el Gobierno, Sánchez calificó en su misiva a Mohamed VI como “seria, creíble y realista” la propuesta marroquí de autonomía para el Sáhara Occidental. Los argelinos se quedaron sorprendidos de la nueva posición de España, e inmediatamente retiraron a su embajador de Madrid y ahora acaban de dar un paso más en el camino que se inició hace tres meses.
Desde entonces, Argelia ha enviado varias señales a España manifestando su malestar y rechazo a la decisión que el gobierno de Sánchez y el ministro de exteriores, José Manuel Albares, ignoraban hasta tal punto que Argelia decidió esta semana suspender el Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación con España suscrito hace dos décadas. Eso significa poner en riesgo flujo comercial considerable.
Desde finales del año pasado, EE.UU es el principal suministrador de gas a España gracias a los barcos metaneros que parten desde la costa americana en Texas y atracan en las seis plantas de regasificación en la península. Hay que tener en cuenta que el gas norteamericano viene a un precio muy alto. Para rematar las cosas, Argelia ya ha anunciado que desea revisar los precios de su gas.
Los españoles le espera un verano donde los precios del gas son muy altos, y también puede presentarse un invierno con precios aún más elevados debido a tres factores: la persistencia de la guerra en Ucrania, la venganza de Argelia y la falta de visión geoestratégica del gobierno actual de España, según ha analizado el diario La Información. La causa, el «giro injustificable» efectuado por Pedro Sánchez con respecto al Sáhara Occidental, alineado con las tesis de ocupación de Marruecos, según señalaba un comunicado de la presidencia argelina difundido por la agencia oficial APS.
No obstante, a última hora de la tarde de este viernes, Argelia lanzó a la UE y España un mensaje tranquilizador tras la advertencia de Bruselas de una posible vulneración del acuerdo de asociación Argelia-UE en el área de comercio e inversión.
Poco después del comunicado de la UE, la misión diplomática de Argelia en Bruselas acusó a la Unión Europea de actuar con «precipitación» en su apoyo a España, negó que hubiera congelación comercial y garantizó el suministro del gas pese a la suspensión del tratado bilateral (los contratos a largo plazo no caducan hasta 2032), aunque el comunicado de la diplomacia argelina dejaba un mensaje clave: «Corresponde a las empresas comerciales interesadas a asumir todos sus compromisos contractuales».
El comunicado de la misión de Argelia en la UE fue elaborado por el diplomático que negoció el Acuerdo Euromediterráneo de 2005. Se trata del veterano Mohammed Haneche, el embajador de Argelia ante la UE.
Después de ese anuncio, el gobierno de Pedro Sánchez, que buscaba alivio por el desgaste causado, ha mostrado su satisfacción por el mensaje de Argelia respecto a la congelación de las relaciones comerciales y el suministro de gas.
La tensión e incertidumbre son máximas en España. Departamentos del gobierno, el Ministerio de Exteriores y las empresas del sector energético están en alerta. No saben lo que va a pasar y hay muchos millones en juego (más de 7 mil millones de euros sólo en gas).
Según adelantó hoy El Confidencial, «el giro histórico del Gobierno de Sánchez respecto a la posición geopolítica del Norte de África coge a Naturgy, la mayor contratista de gas de España, en plena renegociación del mayor contrato gasista por gasoducto, que alcanza hasta 2032. Fuentes al tanto de la situación apuntan a que Argelia tenía a España como socio prioritario europeo desde los años sesenta.»
Naturgy y Sonatrach están actualmente en medio de la revisión periódica de los precios del gas que hacen cada tres años. Llevan meses negociando un acuerdo con el gas en máximos. En la prensa española advierten de incertidumbre sobre cómo acabará la revisión de precios del megacontrato gasista entre Naturgy y la estatal argelina Sonatrach, que provee un 25% del consumo de gas en España. No se descarta que Argelia presione con una fuerte subida del precio de este contrato.