Los novios, los testigos y la mayor parte de la documentación que se requiere para casarse. Con casi todo lo necesario para iniciar los trámites, de matrimonio se presentó J. en el Registro Civil de Las Palmas de Gran Canaria el pasado 10 de agosto. Había solicitado cita presencial un mes antes, pero no contaba con la odisea que le resultaría conseguir el certificado literal de nacimiento, un documento que su pareja tramitó en un mismo día de forma electrónica. Ambos tienen la nacionalidad española, pero hay un punto que les diferencia: el lugar de nacimiento. Mientras que su pareja nació en Canarias, J. (que prefiere que no se utilice su nombre completo) era en 1968 uno de los bebés de unos padres canarios que se fueron a trabajar a El Aaiún (capital del Sáhara Occidental) cuando era una colonia de España. En su DNI pone que su nacionalidad es española, pero este verano ha descubierto que su lugar de nacimiento lleva consigo una serie de problemas burocráticos.