Los sermones destacaron que la sedición tiene un gran impacto en los individuos y las sociedades, y la más peligrosa de ellas es empujar a las personas hacia los conflictos, sembrando dudas y odio entre sus filas, como se ve y se escucha en noticias y propaganda, intimidación y búsqueda de medios de tensión, lo que la convierte en una fuente que alimenta la lucha, el perjurio, la difusión de mentiras y la manipulación de intereses.