Por Mahayub Sidina
Madrid (ECS).- El mes de mayo, para el pueblo saharaui, es sinónimo de celebraciones. Y no es para menos. Es el doble aniversario de la fundación de su vanguardia, el Frente POLISARIO (10 de mayo de 1973), por una parte y el inicio de la lucha armada (20 de mayo del mismo mes) contra el poder colonial por otra.
Sin lugar a dudas, el mérito de aquella proeza recaía sobre un puñado de jóvenes nacionalistas encabezados por el mártir Luali Mustafa Sayed. No obstante, la instantánea y generosa respuesta de todo el pueblo saharaui, de arropar el movimiento desde el primer momento, era el factor determinante para una gestación exitosa y por consiguiente la garantía de una perennidad sin parangón, tanto en el espacio como en el tiempo.
El Frente POLISARIO cumple 50 años o medio siglo, dicho de otro manera. En la vida de los individuos y las sociedades dicha edad representa la madurez, la experiencia, la sabiduría, la grandeza, la responsabilidad …etc. Aunque el principal objetivo de su fundación, la independencia total, no se ha cumplido todavía debido a una serie de circunstancias, exógenas, en su mayor parte, pero tampoco exentas de algún que otro elemento endógeno o la combinación de ambos. Sin caer en la superstición, diría también que la mala suerte podría habernos jugado una mala pasada.
A pesar de las peripecias y los obstáculos encontrados, el balance de 50 años, de lucha multiforme, no deja de ser muy alentador. La consolidación de la unidad nacional y de la identidad nacional saharaui, lejos del chovinismo y la xenofobia, son una realidad que nadie puede ignorar ni subestimar. El proyecto de sociedad, liderado por el Frente POLISARIO, ya es irreversible. Este último, además de salvar al pueblo saharaui del exterminio sistemático por parte del ocupante marroquí, ha logrado mantener su cohesión entorno a conceptos como la libertad, la autodeterminación, la justicia y un Sáhara Occidental libre e independiente…etc. Mientras que esto es lo fundamental, el resto seria meros detalles.
Sin caer en la tentación de aguar la celebración del 50° aniversario de nuestra vanguardia, nuestro deber, como patriotas y militantes, nos dicta hacer una pausa y preguntarnos a nosotros mismos: ¿Dónde estamos y a dónde vamos? Muchos compatriotas hacen esta pregunta porque, en los últimos tiempos, se está observando una serie de comportamientos incívicos y conductas dañinas para la causa. Son igualmente ajenos, en lo social, a nuestros valores y, en lo político, se distancian de la madurez, la sabiduría y las buenas prácticas.
Como se suele decir, los trapos sucios se lavan en familia y es responsabilidad de todos sus miembros, velar por la armonía y la cohesión, sin perjuicio de los principios y normas de la convivencia y respeto mutuo. Dicha responsabilidad, se hace cada vez más grande a medida que montemos un escalón más en la jerarquía.
Nuestra fuerza, y la de todo proyecto humano, reside en la unidad. Fuera de ella no existe futuro ni gloria. Todavía no hemos conquistado nuestra soberanía sobre la totalidad de nuestra patria. Eso quiere decir que, hasta el momento, no hay mucho que repartir y lo poco que pueda haber hay que administrarlo con justicia y equidad.
Generalmente, se suele aprovechar el fin de un ciclo para proceder a una reflexión profunda y salir con conclusiones claras y precisas para afrontar el ciclo nuevo. Con toda modestia, creo que la celebración del 50° aniversario de la fundación del Frente POLISARIO debería ser una oportunidad para hacer dicha reflexión de forma seria y exhaustiva. Dejemos de lado las posibles rencillas personales y las intrigas palaciegas, ya sean reales o imaginarias. Pensemos a lo grande y con altura de miras. No dejemos que la mediocridad y los espíritus oportunistas invaden nuestras mentes, nuestros actos y nuestros espacios.
En este proyecto, no sobra, ni debe ni tiene que sobrar, nadie. Si hay que sacar saharauis por debajo de las piedras habrá que hacerlo. La diversidad de opiniones, siempre dentro del marco estratégico de la independencia total, es bienvenida y reconfortante. El Frente POLUSARIO, que desde sus orígenes nació como movimiento, precisamente, ha aceptado la idea del referéndum, como apuesta en nuestra unidad, por la independencia dentro de esa diversidad enriquecedora. Esto se llama también madurez y confianza en sí mismo así como en el pueblo que dirige.
Celebremos el 50° aniversario a lo alto, con la mente puesta en el compromiso que tenemos con tantos hombres y mujeres que ya no están con nosotros y han sacrificado sus vidas por esta causa. Ya es hora para que la tercera y la cuarta generación asuman su responsabilidad, con madurez y patriotismo, para ir preparando paulatinamente el relevo.
La primera y la segunda generación (la más sacrificada) de la lucha se les deben reconocer los honores merecidos.
Bilógicamente hablando y sin complejos, dar un paso hacia atrás no significa abandono ni rendición. Es todo lo contrario. Seria una gran contribución para que el proyecto coja un nuevo impulso y asegure su propia continuidad.
Origen: El Frente POLISARIO cumple medio siglo