OPINIÓN
Por Mahayub Sidina
Madrid (ECS).- Cada día que pasa, van apareciendo nuevos indicios de la sumisión del Sr. Pedro Sánchez al sátrapa Mohamed VI y su camarilla. La relación entre ambos se está convirtiendo en una especie de matrimonio, morganático secreto, donde la voz cantante la lleva, paradójicamente, éste último mientras que el primero además de pagar la dote, en su totalidad y por anticipado, suscribe todas las cláusulas de penalidad sin condiciones, incluida la de su propia humillación.
En el momento en que toda España sigue bajo los efectos de la resaca electoral, el Sr. Sánchez aparece en Marruecos sin previo aviso. Si su entorno inmediato presenta el repentino viaje como “vacaciones privadas”, el sentido común lo asimila a una convocatoria exprés, tal vez para rendir cuentas y porque no recibir instrucciones para futuros planes. Si este grave supuesto se confirma, estaríamos asistiendo a un proceso avanzado de la hipoteca, no sólo de la dignidad sino también de la soberanía, de un gran país, España, por un señor ávido de poder.
Por el momento, los españoles, todas tendencias y edades confundidas, siguen sin entender éste género de masoquismo diplomático al que está siendo sometido, voluntaria o involuntariamente, su presidente de gobierno en funciones, por parte de la autocracia de la otra orilla del estrecho. Han buscado, en vano, explicaciones en el malware Pegasus, después en la presión de alguna que otra potencia extranjera; pasando por cuestiones familiares o negocios turbios; sin descartar la tendencia de moda de algunos dirigentes socialistas que, al final de su carrera política, hacen de los palacios reales de Marruecos su Meca de peregrinaje y reverencias.
Los analistas respetados, los nostradamus experimentados, los adictos al arte de la elucubración e Incluso los charlatanes sin escrúpulos, siguen sin dar con el enigma de la injustificada deriva, convertida en desviación permanente. Aunque existen indicios suficientes para formular un juicio de valor, relativamente sólido, aspectos importantes del misterio siguen sin dilucidar.
Al parecer, la estrategia de opacidad, del presidente en funciones, es aferrarse al poder, a cualquier precio y servirse de las palancas que ofrece, como arma disuasoria, para mantener a raya cualquier intento de abrir la caja de pandora de su costosa y suigeneris relación con Marruecos.
A estas alturas, “el PSOE de Sánchez” da la impresión que es ya casi irrecuperable. En espera de mejores tiempos, el resto de fuerzas políticas tienen ante sí una gran responsabilidad para minimizar los daños, colaterales y hasta estructurales, que eventualmente podría acarrear el deal, estar juntos y revueltos, de Pedro Sánchez y Mohamed VI.
Origen: Sánchez y Mohamed VI: juntos y revueltos