Cumple una semana en la sala de inadmitidos del aeropuerto de Barajas, con la deportación a Marruecos cada vez más cercana. Las autoridades españolas han denegado la petición de asilo al segundo de los jóvenes saharauis que espera en Barajas, han confirmado a El Independiente fuentes familiares.
Hafed Zergui llegó el domingo 7 de julio en un vuelo procedente de la Guayana Francesca junto a Mustafa Sid Zein, al que las autoridades comunicaron el pasado viernes que habían aceptado el inicio de los trámites de la solicitud de asilo en España.
En el caso de Zergui, la Audiencia Nacional ha desestimado la petición alegando que no existen motivos. Sus padres, que residen legalmente en España, preparan un recurso a la decisión judicial ante el temor de que sea deportado a Marruecos, que ocupa desde 1975 el territorio del Sáhara Occidental.
Hasta cuatro jóvenes saharauis han solicitado asilo en las últimas semanas en España. El pasado sábado Youssef, un joven saharaui retenido durante 14 días en el aeropuerto de Bilbao, evitó la orden de deportación a Marruecos que pesaba contra él y pudo acceder a territorio español. Este jueves uno de los tres jóvenes saharauis que permanecía retenido en el aeropuerto de Barajas tras solicitar protección internacional fue deportado a Mauritania.
El joven, identificado como Turad Mustafa Bar, tiene 24 años y había llegado al aeropuerto de Adolfo Suárez Barajas hace doce días con documentación mauritana. Tenía billete para Nicaragua pero, durante su escala en Madrid, solicitó protección internacional y fue trasladado a la sala de inadmitidos del aeropuerto.
«Resulta totalmente comprensible que los jóvenes saharauis busquen oportunidades alternativas para asegurar su sustento», señaló hace unos días a El Independiente Ali Salem Tamek, un histórico activista saharaui vinculado al Colectivo Saharaui de Defensores de Derechos Humanos (Codesa), una organización con sede en los territorios ocupados que denuncia las violaciones perpetradas por el régimen alauí. «La ocupación marroquí crea sistemáticamente condiciones de represión y empobrecimiento, entre otras penurias, para empujar a los jóvenes saharauis a emigrar al extranjero. Este es el resultado de una política deliberada, con redes establecidas para organizar y facilitar este proceso», agregó.