Este artículo examina estas dimensiones a la luz de las normas internacionales y las realidades políticas actuales.
1. El Plan de Autonomía frente a la legalidad internacional
1.1. Sáhara Occidental: un territorio no autónomo
El Sáhara Occidental ha sido reconocido por las Naciones Unidas como Territorio No Autónomo desde 1963. Según el derecho internacional, la soberanía sobre un Territorio No Autónomo no puede reivindicarse unilateralmente excepto mediante un proceso de autodeterminación validado por un referéndum abierto supervisado por la ONU. Marruecos, aunque está presente militarmente en el territorio desde 1975, nunca ha obtenido reconocimiento internacional de su soberanía sobre el Sáhara Occidental.
1.2. Los límites del plan marroquí
El plan marroquí impone un marco unilateral al afirmar la soberanía marroquí como punto de partida de las negociaciones. Esta posición es incompatible con las resoluciones de la ONU, incluida la resolución 1514 (XV) sobre descolonización, que exige un proceso libre y transparente de autodeterminación. El plan no incluye una opción para que los saharauis elijan la independencia, lo que lo pone en contradicción con el derecho internacional.
2. Gestión de recursos naturales: una apropiación controvertida
2.1. Una riqueza estratégica
El Sáhara Occidental es rico en fosfatos, recursos pesqueros y podría contener hidrocarburos. Estos recursos naturales constituyen una cuestión central en el conflicto, no sólo para la economía local, sino también para los intereses económicos de Marruecos.
2.2. Explotación y contradicciones actuales
El plan de autonomía promete una gestión parcial de los recursos naturales por parte de instituciones regionales. Sin embargo, el Estado marroquí conserva el control sobre la explotación estratégica. Esta situación entra en conflicto con el derecho internacional, que estipula que los recursos de un territorio no autónomo deben utilizarse para el beneficio exclusivo de sus habitantes y con su consentimiento explícito.
2.3. Jurisprudencia y crítica internacional
El TJUE y las Naciones Unidas han declarado claramente que la explotación de los recursos del Sáhara Occidental sin el consentimiento de los saharauis es ilegal. Los acuerdos comerciales entre Marruecos y la UE, que incluían recursos del Sáhara Occidental, fueron cancelados en parte por este motivo. El plan marroquí no propone ningún mecanismo para garantizar este consentimiento, lo que agrava su cuestionada legitimidad.
3. Apertura democrática: una falta de credibilidad
3.1. El contexto democrático marroquí
En Marruecos, las instituciones políticas siguen estando en gran medida centralizadas bajo la autoridad del rey, que ostenta poderes ejecutivos, legislativos y religiosos. Se restringen las libertades fundamentales, incluidas la libertad de expresión y de asociación. En este contexto, la credibilidad de las promesas de gobernanza democrática para la región autónoma se ve socavada por la ausencia de garantías democráticas a nivel nacional.
3.2. Promesa democrática del plan y realidad
El plan de autonomía prevé la creación de órganos regionales electos para gestionar los asuntos saharauis. Sin embargo, estas instituciones estarían subordinadas a la soberanía marroquí y a la aprobación final del rey, lo que limita considerablemente su autonomía real. Este enfoque es incompatible con los principios de autogobierno definidos por el derecho internacional.
3.3. La cuestión de la representación saharaui
El plan ignora en gran medida a los saharauis que viven en los campos de refugiados de Tinduf, Argelia, que constituyen una parte importante del pueblo saharaui. Sin su inclusión en el proceso, el plan carece de legitimidad democrática y política.
4. Una iniciativa que desafía la confianza internacional
4.1. Una propuesta unilateral
El plan de autonomía marroquí no se elaboró en consulta con los saharauis ni con el Frente Polisario, el representante del pueblo saharaui reconocido por la ONU. Esta falta de diálogo refuerza la idea de que se trata de un enfoque unilateral destinado a legitimar la ocupación marroquí del territorio.
4.2. Posibles alternativas
Una solución duradera del conflicto requiere:
- Un referéndum supervisado por la ONU que ofrece todas las opciones, incluida la independencia.
- Gestión de los recursos naturales basada en el consentimiento explícito de los saharauis.
- Garantías de una gobernanza autónoma verdaderamente democrática, con supervisión internacional para prevenir abusos.
Conclusión
El plan de autonomía marroquí adolece de debilidades jurídicas, económicas y políticas fundamentales. Al presuponer la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental, viola los principios del derecho internacional e ignora las legítimas reivindicaciones saharauis. Su implementación plantea preocupaciones sobre la explotación de los recursos naturales y la falta de garantías democráticas reales en una región donde las tensiones siguen siendo altas. Una solución duradera requiere un enfoque verdaderamente inclusivo que respete los derechos de los saharauis, de acuerdo con las normas internacionales.
Belgacem Merbah
Texto del Plan Marroquí de Autonomía para el Sáhara Occidental: